La naturaleza siempre lucha por sobrevivir. Por eso, cuando la mano del hombre deja de ejercer su presión, el ecosistema parece renacer. Ahora, que el decreto del estado de alarma obliga a los ciudadanos a recluirse en sus casas, los animales pueden campar a sus anchas por las calles de ls ciudades, dejando curiosas estampas. Como la de los pavos reales y los patos correteando por el centro de la capital española.
Vecinos de Madrid han inmortalizado a varios patos delante de un portal de la calle Fuente del Berro, que parte en la calle Álcala, arteria principal de la capital, y finaliza en el Wizink Center (antiguo Palacio de los Deportes). También ha quedado congelado el momento en el que otros ejemplares de esta misma especie caminan por el jardín colindante al Museo Arqueológico de Madrid.
No son los únicos, puesto que los espectaculares pavos reales se han dejado ver también en zonas donde el constante tránsito de personas suele impedir la presencia de estos animales. Pero ¿cuál es el motivo de que estos ejemplares lleguen hasta lugares donde no lo suelen hacer? Organizaciones animalistas han apuntado que los pavos reales y los patos acuden a lugares más urbanizados en busca de alimento, pues al verse obligados a recluirse los madrileños, los restos alimenticios que se generan han descendido drásticamente, dejando a los animales sin sustento.
Pero he aquí otra incógnita: ¿de dónde proceden estos animales? Lo más lógico sería pensar que salgan de sus lugares de reposo habitual en el parque de Fuente del Berro o incluso que hubieran llegado a darse esos garbeos urbanitas procedentes de los Jardines del Buen Retiro. No obstante, la necesidad de nutrirse por parte de los animales de este lugar no es exclusivamente de esta crisis del coronavirus, pues algún internauta, vecino de la zona, apuntaba que algunos domingos se les ha visto lucirse por medio de las calles, junto a los parquímetros que regulan el estacionamiento.
Fuente: ABC.es