Manuela López vende tortillas de harina sentada en una banqueta del Centro de Hermosillo. Tiene 62 años y esa actividad es el único sustento para el hogar donde vive con su esposo enfermo del corazón. Parar de trabajar e irse a casa como medida preventiva ante la presencia de coronavirus o COVID-19, para ella, no es una opción.
En México, más de 31 millones de personas trabajan en la informalidad, de acuerdo con los registros de 2019 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En Sonora, el 43.9% de la población -es decir, 639 mil 850 personas- trabaja en estas condiciones.
Durante los últimos días, Manuela ha escuchado en los medios de comunicación que el gobierno de Sonora lanzó la campaña “Quédate en casa”, sin embargo, ella prefirió trabajar hasta donde se pueda. La cuarentena es un privilegio que no puede permitirse.
“Esto nomás trabajo, me voy a quedar en la calle así, ¿con qué voy a pagar la renta?”, dice Manuela, “no tenemos pensión, no tenemos ayuda, no tenemos nada, nada más lo poquito que gano”.
Sobre las compras de pánico que ocurren en todo el país, se ríe con una pequeña mueca y agrega: “Compraron los que tienen, pero yo, ¿qué voy a comprar? Con trabajo comemos poquito frijol, unas papas, con que eso no nos falte”.
Gilberto González es empleado de una carreta de hot dogs desde hace diez años. También trabaja en el Centro y usa un cubrebocas en todo momento mientras despacha a un par de clientes, durante una mañana en la que no ha habido mucha venta.
“Aquí, si no trabajas, no hay dinero”, dice, “y apoyo, ¿de dónde? Si estamos al día todos”.
La autoridad tiene la razón al pedir que la gente no salga a las calles, afirmó, pero no se ha pensado mucho en las opciones para las personas que trabajan en la informalidad; quizás un préstamo del gobierno a las familias no les vendría nada mal, asegura.
Hasta el momento, no han recibido ningún tipo de notificación oficial que les indique detener sus labores y retirarse a sus casas, sin embargo, “si se llega a ese punto, vamos a acatar lo que digan”, dice Gilberto.
Sumado al tema del coronavirus, desde hace algunos días iniciaron las reparaciones de la calle Matamoros, justo en la esquina donde Gilberto vende hot dogs, por lo que la baja de clientes sólo ha empeorado.
Mario Negrete trabaja en un puesto de gorras, gafas y cinturones. Es originario de Toluca y residente de Hermosillo desde hace seis meses. Trabaja para un patrón y, cada quince días, envía dinero a su esposa e hijos que se quedaron en su ciudad de origen.
“Con esto que pasó del coronavirus ya bajó más la venta, ya casi no se ve movimiento”, explica, “a lo mejor puede que cerremos y que nos vayamos a casa porque no tiene caso estar aquí, son muy pocas personas las que hay ahorita”.
Si la autoridad le pidiera que se retirara, él obedecería por ayudar a la prevención de contagios, sin embargo, no ha decidido si prefiere quedarse en Hermosillo o volver a Toluca, por temor a “llevar el virus” y contagiar a los suyos.
“Hasta ahorita, no hay ninguna otra opción de trabajo, más que llegar a la casa a ver qué hacemos, porque contamos con el diario nada más, no tenemos otro sustento de donde jalar más, nos va a afectar mucho”, dijo.
Mónica Trujillo trabaja boleando zapatos en el Mercado Municipal. Si le preguntan, más que cualquier cosa, ella se siente bastante molesta, incluso, hasta de ver a la gente usando cubrebocas en la calle. Según su percepción, solamente generan más miedo.
“¿Qué vamos a comer?”, dice con evidente frustración, “está mal que nos quedemos encerrados en las casas, sin trabajar… yo pienso en los que sí se quedaron, ¿cómo le harán con la comida?”.
Mónica es madre de tres hijos menores de edad que dejaron de ir a las escuelas desde que las cerraron como medida preventiva, y la sola idea de quedarse sin trabajo, la pone bastante nerviosa.
En las noticias ha escuchado que algunos sectores como las maquiladoras enviaron a los trabajadores a sus casas a cambio de un porcentaje de su salario, o que los empleados de gobierno pueden trabajar desde sus casas sin dejar de percibir sus quincenas.
“Se supone, según he oído del gobierno, que la gente que no esté trabajando le van a pagar lo que se queden en la casa, pero, ¿quién nos va a ayudar a nosotros?”
El gobierno de sonora tratara de no dar dinero quieren dar jba despensita pedorra para.un mes si sacamos cuentas un mandado para un mes sale mas de 3000 pedos pues la gente gasta por familia minimo 1300 pesos a la.semana asi que no voy.a permitir que esa ladrona Pablobith se robe la lana que es para el pueblo .
buen dia yo soy sorda mi esposo es carpintero tengo un hijo estudiante ???? mi esposo esta por destajo ya tiene 4 semanas k lo pararon y no le estan pagando ???? no sabemos k aser en el nombre sea de Dios solo pido alimentos a donde podriamos conseguir despensa????
Y entonces cuál es la ayuda que según el gobierno va a dar y pues llo al menos tengo más de 3 semanas que no tengo trabajo ni recurso para poder absorber mis gastos ya ahorita debo 2 meses de renta arriesgando que me corran de mi casaita