Esta adorable perrita pasó de ser abandonada por su discapacidad, a ser el centro de atención para una familia amorosa y todos a los que esta conmovedora historia se les cruzó en el camino.
La vida de la perrita Gracie cambió tanto que ni la falta de sus dos patas delanteras, la detiene en su camino, como un miembro más de la familia estadounidense Turley y acompañar a sus otros dos hermanitos, también adoptados con limitaciones físicas.
Con cuatro semanas de edad y la falta de sus dos patitas delanteras por una alteración genética, la perrita fue dejada en la puerta de un veterinario con signos evidentes de abandono y descuido por parte de las personas que la botaron allí. El hombre la alimentó y la cuidó hasta que, ya con un poco más de fuerzas en su pequeño cuerpo, la trasladó a la fundación Mostly Mutts, ubicada en Kennesaw, Georgia.
Ya acomodada en su nueva familia hasta con su propia cuenta en Instagram, el siguiente paso fue encontrar la forma de darle movilidad a Gracie y hacer su vida muchísimo más fácil. Debido a su rápido crecimiento por su corta edad, los médicos expertos advirtieron a la familia que una silla de ruedas convencional no iba a ser la mejor opción debido al constante cambio de altura.
Lo que se encontraron fue extraordinario y provino de la persona menos pensada. Dylan, un miembro voluntario de la fundación de tan solo 12 años ofreció su ayuda para poder construir la silla de ruedas adaptable para el tamaño de Gracie que pudiera llevar hasta alcanzar su crecimiento máximo. Los materiales: nada más y nada menos que Legos, las pequeñas y famosas piezas utilizadas por los niños para crear diferentes personajes o estructuras. El pequeño fue de gran ayuda al construir estratégicamente un soporte para las patitas faltantes de la cachorrita que pudiera ser adaptado al constante cambio de altura con tan solo incluir algunos Legos más y unas ruedas más altas.
Fuente: ZooCloud