La semana pasada firmamos el convenio EFICAS entre Instituto Sonorense de Cultura (ISC), DEREX Desarrollo Residencial y Reto Lecto Sonorense (RLS), abriendo brecha en un nuevo esquema de financiamiento de los proyectos culturales que por un lado empodera y profesionaliza al artista o promotor cultural, así como también involucra a las empresas a ser culturalmente responsable.
En el caso de DEREX, la empresa aportante del RLS, me gusta contar que el vínculo para llegar a este convenio, inició el año pasado cuando en Twitter Aurora García De León, Directora Ejecutiva de la empresa inmobiliaria, hablaba con orgullo de unos puntos de lectura en sus desarrollos y de las actividades culturales que impulsan para construir un tejido social entre los vecinos. Ese valor extra que DEREX ofrece a quienes compran sus casas fue lo que también me hizo creer que el proyecto del RLS encontraría oídos sensibles en ellos. No me equivoque.
En el andar burocrático para llegar al convenio firmado, tanto empresa como gobierno, y obviamente un servidor en su faceta de promotor cultural, fuimos aprendiendo a construir confianza.
En este sentido, el acuerdo logrado es también llevar a la practica la reconstrucción del tejido social, porque en medio de un país donde por lo general los temas fiscales se ven con recelo o desconfianza, trabajar en este esquema de los incentivos fiscales poniendo a un creador o promotor cultural como bisagra en busca de un beneficio social es una forma de volver a invertir en el poder de la cultura para construir relaciones benéficas entre empresas, gobierno y sociedad.
Cuando afirmo que el esquema de EFICAS es una iniciativa que puede reacomodar la dinámica en la que los artistas y promotores culturales pueden seguir financiando sus proyectos a pesar de los recortes federales, lo hago consciente de que el gremio cultural necesita aprender a trabajar con estas nuevas reglas de operación, desarrollarse no nada más artísticamente, sino también en otras áreas que por mucho tiempo no se le ha querido dar la importancia debida.
Hablo más precisamente de la parte contable que implica hacer una empresa cultura y de pasar del paternalismo de las becas a un esquema en el cual nos reconozcamos como parte de una industria creativa que apenas comienza a desarrollarse.
El gusto que me da estar diciéndoles que el RLS ha llegado a firmar el primer convenio en el cual se construye confianza entre iniciativa privada y gobierno para impulsar el fomento a la lectura y la promoción de autores sonorenses, es también porque desde que vi la propuesta de EFICAS que realizó la diputada María Dolores Del Río, después de un ejercicio de parlamento abierto, así como en el camino andado, he alcanzado a ver los alcances de esta nueva dinámica si la seguimos impulsando como hasta este momento se ha hecho por parte del empresariado sonorense, el ISC y de quienes hemos logrado concretar los acuerdos con las empresas aportantes.
Porque si seguimos navegando hacia estas aguas profundas es posible que comencemos a desarrollar una industria creativa con enfoque social y esta nos presente un continente de posibilidades para el desarrollo profesional en los campos de la cultura y las humanidades que si tienen sociedades más avanzadas y aquí todavía no hemos detonado.
Me emociona decirles que estamos siendo pionero en un nuevo mundo de posibilidades para el desarrollo de la cultura en Sonora y del país.