Padre no es el que engendra, sino el que cría, esto lo sabe bien un joven filipino que fue adoptado cuando era muy pequeño, a pesar de que la familia que lo adoptó era sumamente pobre.
Por fortuna, con el tiempo las cosas cambiaron y él trabajó duro para retribuir el cariño de sus padres.
Hace unos días compartió en redes que con esfuerzo y ‘la ayuda de Dios’ pudo comprarle a sus padres una enorme casa de tres pisos, siete dormitorios, cuatro baños y techos altos.
En redes publicó las fotos de su casa antigua y de la nueva , como era de esperar, la historia se virializó.
El joven se desempeña como gerente de ventas en una empresa de seguros en Filipinas y ha obtenido varios reconocimientos en su carrera profesional.
Información tomada de www.excelsior.com.mx