A un día de que concluyó su juicio político, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró su absolución y aseguró que este proceso fue “un terrible calvario”, injusto y malvado, lleno de corrupción y mentiras.
“Hubo filtraciones, hubo mentirosos. Esto no debe pasarle a ningún otro presidente. Fue una desgracia”, dijo desde la Casa Blanca.
“Pasamos por el infierno injustamente, no hicimos nada malo. No hice nada malo. He hecho cosas malas en mi vida, lo admito. No a propósito, pero he hecho las cosas mal… pero esto es el resultado de lo que pasó”, dijo al mostrar la portada de The Washington Post, en el que se destaca su absolución.
Trump afirmó que en el proceso de impeachment, hubo una fuerte campaña en su contra.
Incluso, señaló que los demócratas le han perseguido desde hace tres años, cuando llegó a la presidencia.
“Nancy Pelosi es una persona horrible… Son gente horrible, pero permanecen juntos como pegamento. Así es como hacen juicios políticos. Lo podrían hacer con George Washington”, añadió.
Asimismo, agradeció a sus abogados, aliados y personas que estuvieron de su lado durante el proceso.
“Mitch McConnell, quiero decirte, hiciste un trabajo fantástico… Algunos dirán que es callado. No lo es. Este tipo es genial y lo aprecio”, abundó.
Previamente, durante el Desayuno Nacional de Oración anual en Washington, el mandatario acusó de escudarse con hipocresía en la fe a quienes buscaron destituirlo a través de un juicio político.
“No me gustan las personas que usan su fe como justificación para hacer lo que saben que está mal. Tampoco me gusta la gente que dice ‘rezo por ti’ cuando sabe que no es así“, sostuvo Trump en un desayuno anual de oración bipartidista.
Pelosi, una católica que inició la investigación de juicio político en septiembre, dijo a fin del año pasado que no odia a Trump y que reza por él. Por su parte Romney, que es mormón, sostuvo en un emotivo discurso antes de la votación del miércoles que su fe lo obligó a votar a favor de condenar a Trump.
Cuando Trump llegó a la reunión anual de legisladores y líderes religiosos, generalmente uno de los pocos eventos armoniosos en Washington, también levantó dos periódicos que mencionaron su absolución.