El anuncio del incremento al salario mínimo para 2026 ha despertado dudas entre trabajadores sobre si este ajuste debe reflejarse de manera automática en otros niveles salariales. La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI) informó que el pago diario pasará de 278.80 a 315.04 pesos, lo que representa un incremento del 13%.
Este aumento ha generado inquietud entre empleados que perciben ingresos superiores al mínimo y que se preguntan si sus sueldos también deben ajustarse en la misma proporción.
Al respecto, Francisco Javier Jiménez, académico de la Universidad Iberoamericana (IBERO), explicó en un comunicado que los aumentos salariales dentro de empresas e instituciones no se determinan con base en el porcentaje del salario mínimo, sino a partir de la inflación estimada y de las negociaciones contractuales.
Como ejemplo, señaló que en la IBERO el Sindicato de Trabajadores solicitó un incremento del 7% para 2026, mientras que la inflación prevista al cierre de 2025 se ubica alrededor del 4%. Aunque el ajuste solicitado supera la inflación, queda por debajo del aumento autorizado al salario mínimo, lo que puede generar confusión entre los trabajadores.
La Ley Federal del Trabajo establece que el salario mínimo es el ingreso más bajo que un empleador puede pagar por una jornada laboral, y su finalidad es garantizar la cobertura de las necesidades básicas de una familia, además de preservar el poder adquisitivo de quienes perciben menos ingresos.
Por esta razón, la legislación mexicana obliga a que el salario mínimo siempre aumente al menos al ritmo de la inflación, pero no impone que el resto de los salarios se incrementen en la misma proporción.
¿Por qué no suben todos los salarios al mismo ritmo?
De acuerdo con la normatividad vigente, existen dos tipos de salario mínimo: el general, que aplica para la mayoría de los trabajadores, y el profesional, que corresponde a determinados oficios y profesiones específicas.
El salario mínimo general se actualiza anualmente mediante acuerdos en la CONASAMI, mientras que el profesional, aunque suele ser más alto, no necesariamente aumenta en la misma medida ni está vinculado directamente a ese ajuste.
El historial de incrementos al salario mínimo refleja aumentos significativos en los últimos años. En 2019 el ajuste fue de 16.21%, en 2022 alcanzó el 22%, y para 2026 se determinó un aumento del 13%. En contraste, los incrementos salariales negociados por sindicatos suelen ser menores y se definen con base en la inflación y la situación financiera de cada empresa.
Si un trabajador ya percibe un ingreso superior al salario mínimo general, la ley no obliga a que su sueldo aumente en la misma proporción. El ajuste dependerá de la negociación colectiva, el comportamiento de la inflación y los acuerdos internos de cada organización.
El incremento al salario mínimo busca proteger a quienes reciben los ingresos más bajos y reducir la desigualdad salarial. Sin embargo, no existe una disposición legal que obligue a un aumento generalizado de todos los salarios en México. Cada caso se define a partir de negociaciones específicas entre trabajadores y empleadores.
Las tablas oficiales de salarios mínimos pueden consultarse en el sitio de la CONASAMI:
https://www.gob.mx/conasami/documentos/tabla-de-salarios-minimos-generales-y-profesionales-por-areas-geograficas


