El Gobierno de Venezuela denunció este jueves 2 de octubre que cazas estadunidenses “se han atrevido a acercarse” a las costas del país, en un contexto de elevada tensión por el despliegue militar que, según Caracas, realiza Estados Unidos en la región para sus operaciones contra el narcotráfico.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, dijo que el sistema de defensa aérea venezolano “detectó más de cinco vectores”, que identificó como “aviones de combate”.
Padrino calificó los sobrevuelos como “una provocación” y “una amenaza a nuestra seguridad nacional” y aseguró que pilotos de aerolíneas comerciales ya habían informado sobre los avistamientos.
“El imperialismo norteamericano se ha atrevido a acercarse a las costas venezolanas… Denuncio ante el mundo esta situación”, afirmó el ministro durante un acto transmitido por la televisión estatal.
La denuncia se produce semanas después del despliegue estadounidense en el Caribe, que incluyó el envío de diez aviones F-35 a Puerto Rico y la movilización de buques con el objetivo declarado de combatir el tráfico de drogas.
Caracas ha calificado ese operativo de “asedio” y sostiene que Washington emplea la lucha antidrogas como pretexto para debilitar al gobierno de Nicolás Maduro.
En respuesta a lo que el Ejecutivo venezolano describe como una escalada, Maduro ordenó movilizaciones militares y ejercicios: la presencia de buques de guerra, helicópteros, aviones de combate y transporte, vehículos anfibios y el despliegue de alrededor de 2.500 efectivos en operaciones reportadas el 20 de septiembre en La Orchila.
Asimismo, se han intensificado los simulacros y las jornadas de adiestramiento de la Milicia Bolivariana, el componente civil-militar promovido por el Gobierno.
El mandatario anunció además que tiene listo un decreto para declarar un “estado de conmoción exterior”, una figura excepcional que, según el propio gobierno, ampliaría facultades del Ejecutivo en el marco de un conflicto o amenaza externo; el alcance y la aplicación concreta de esa medida no habían sido precisados por las autoridades.
En las últimas semanas, Estados Unidos también llevó a cabo acciones ofensivas contra embarcaciones que, según Washington, transportaban droga; diversas informaciones periodísticas atribuyen al Pentágono la destrucción de varias lanchas presuntamente vinculadas al narcotráfico frente a las aguas venezolanas. Caracas rechaza esas operaciones y sostiene que se trata de un pretexto para intervencionismo.
Padrino, al rendir un balance de operaciones contra el narcotráfico, informó además sobre la destrucción de campamentos atribuidos a guerrillas colombianas (ELN y disidencias de las FARC) y subrayó la disposición del país a “defender nuestra soberanía, nuestro espacio geográfico, ante cualquier intruso”.
“Quien esté operando por allí, narcotraficantes, salgan del territorio venezolano”, sentenció el ministro.
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La incidencia de estos hechos en las relaciones bilaterales y la estabilidad regional continúa bajo observación por gobiernos y organismos internacionales, mientras Caracas insiste en que las medidas tomadas buscan preservar la integridad territorial y la seguridad nacional.
Con información de Milenio