Siete jóvenes, entre ellos tres menores de edad, fueron asesinados a balazos la madrugada del lunes en la comunidad de San Bartolo de Berrios, perteneciente al municipio de San Felipe, Guanajuato.
El ataque ocurrió al término de un evento organizado por la parroquia local con motivo del Día de las Madres.
La Secretaría de Seguridad Pública de San Felipe informó que alrededor de las 02:36 horas, elementos de la policía municipal acudieron a la plaza principal tras recibir una llamada al 911 reportando detonaciones de arma de fuego.
Al llegar al lugar, los oficiales encontraron una camioneta con daños visibles y a los siete jóvenes sin vida tendidos en el suelo.
De acuerdo con reportes de medios locales, varios hombres armados arribaron en al menos tres camionetas con vidrios polarizados. Descendieron de los vehículos y abrieron fuego contra los jóvenes que se encontraban en la plaza.
Horas más tarde, en diversos puntos de la comunidad aparecieron mantas en las que un grupo criminal con base en Guanajuato se adjudicó el ataque, haciendo referencia a un cártel rival presuntamente originario de Jalisco.
El gobierno municipal condenó enérgicamente los hechos y aseguró que ha establecido contacto con autoridades estatales y federales para dar seguimiento a las investigaciones.
Informó también que la Fiscalía General del Estado realiza ya las diligencias correspondientes “para que este crimen no quede impune”.
En redes sociales, la página San Felipe Pride publicó una composición fotográfica con los presuntos rostros de las víctimas, entre las cuales identificó a su compañero Miguel ‘J’. Además, envió condolencias a los familiares de los jóvenes asesinados.
Medios regionales identificaron a otras víctimas como Ángel, de 19 años, y Ángel, de 25.
También se reportó que entre los fallecidos se encontraban dos hijos del delegado de San Bartolo de Berrios, cuyos nombres no han sido revelados.
El arzobispo de León, Jaime Calderón, lamentó la masacre y denunció la “violencia desmedida” que sufre el estado debido a la disputa territorial entre grupos criminales.
“Esta violencia desmedida se hizo presente hoy en la madrugada en plena plaza de la comunidad de San Bartolo de Berrios, en San Felipe, al final de un festejo con motivo del 10 de mayo, organizado por la Parroquia, donde siete jóvenes fueron asesinados arteramente”, expresó el prelado.
De acuerdo con los primeros reportes, agregó Calderón, “personas de un cártel llegaron armadas y abrieron fuego arteramente contra la gente que se encontraba en el lugar, resultando muertos siete jóvenes, entre ellos algunos menores de edad. Estamos indignados, consternados y condenamos este hecho”.
Asimismo, hizo un llamado a las autoridades a “dar con los responsables y buscar la justicia para que estos hechos no se sigan suscitando en ningún lugar de nuestra sociedad”.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) también emitió un pronunciamiento condenando la masacre.
“Como pastores del Pueblo de Dios, no podemos permanecer indiferentes ante el espiral de violencia que lacera a tantas comunidades de nuestro país”, señaló.
La CEM advirtió que “esta masacre, una más entre tantas que se repiten con dolorosa frecuencia, es un signo alarmante del debilitamiento del tejido social, la impunidad y la ausencia de paz en vastas regiones de nuestra nación”.
Además, exigió a los tres niveles de gobierno asumir con responsabilidad la tarea de garantizar la seguridad y la justicia.
“No podemos acostumbrarnos a convivir con la muerte violenta, ni permitir que la impunidad se convierta en norma”, concluyó.