Por Ernesto Urbina Miranda
Enfrentamos un escenario incierto y complejo, derivado del contexto político global y el estancamiento de la economía regional. Problemáticas como la gestión del agua, la movilidad, la vivienda y la salud pública se perfilan como los principales desafíos que Hermosillo debe afrontar para fortalecer su capacidad adaptativa y mejorar su competitividad.
Las oportunidades asociadas al “nearshoring” parecen desvanecerse ante una nueva oleada de políticas proteccionistas impulsadas por el gobierno de Donald Trump. Además, el 2024 fue un año difícil para nuestra economía, con un rezago en crecimiento económico, atracción de inversión y generación de empleo. Este panorama afecta aún más las decisiones de inversión y la creación de nuevas fuentes de trabajo en la región. Ante la incertidumbre global, resulta crucial abordar los retos locales y potenciar la capacidad de adaptación, resiliencia y competitividad de Hermosillo.
Los principales desafíos de Hermosillo
Recientemente, en Hermosillo ¿Cómo Vamos? presentamos los resultados de nuestra más reciente Encuesta de Percepción Ciudadana. Este estudio, realizado de manera ininterrumpida durante los últimos ocho años, tiene como objetivo conocer la opinión y preocupaciones de la ciudadanía sobre los principales problemas que afectan la calidad de vida en la capital sonorense.
Entre los resultados más destacados, se observa que la inseguridad, la pavimentación y la drogadicción siguen siendo las problemáticas que inquietan a los hermosillenses. Sin embargo, también se evidencia un aumento en la preocupación por temas como la gestión del agua, la salud pública, la movilidad y la vivienda.
La encuesta revela una mejora en la evaluación de espacios públicos, como unidades deportivas y centros comunitarios. No obstante, aspectos relacionados con la gestión ambiental, como agua, contaminación del aire y basura en las calles, han retrocedido en su valoración.
En el caso específico del tema de agua, este se colocó como la cuarta problemática más mencionada por las personas encuestadas, con un crecimiento importante respecto a años anteriores. Así mismo, de acuerdo con datos del INEGI, Hermosillo se posiciona como una de las ciudades con mayor volumen de población que considera las fugas y fallas en el servicio como un problema en la ciudad.
La movilidad en Hermosillo depende principalmente del automóvil, con un parque vehicular que se ha duplicado en cinco años, alcanzando 650 mil unidades. Esto ha contribuido a que la ciudad sea la segunda con más accidentes viales en México. En los resultados de la encuesta, se observa una recuperación en el número de personas que utilizan el transporte público como principal opción de movilidad (pasando del 13% en 2023 al 23% en 2024), sin embargo, disminuye la satisfacción con el servicio, particularmente por los altos tiempos de espera.
Para el 60% de los hermosillenses, la vivienda es una problemática hoy en día. Factores como el precio, el tamaño y la cercanía a los centros de trabajo se posicionan temas clave. Los principales retos en este rubro incluyen la reducción de costos de transacción para incentivar una mayor oferta (y con ello presionar los precios a la baja), así como el fortalecimiento de esquemas de financiamiento accesibles para estimular la demanda.
En el tema de salud, la falta de hospitales es una de las problemáticas que también mostró un crecimiento en su percepción como problemática entre la ciudadanía. El nivel de satisfacción con el servicio entre usuarios de las instituciones públicas de salud disminuyó, siendo la falta de medicamentos el rubro peor evaluado.
¿Cómo afrontar la incertidumbre?
Las restricciones presupuestarias a las que se enfrentan los distintos niveles de gobierno exigen una mayor coordinación y complementariedad de recursos para avanzar en una dirección común en beneficio de la ciudad. De igual forma, la ciudadanía percibe que los recursos públicos pueden utilizarse de manera más eficiente y transparente.
Desde la sociedad civil también podemos aportar de manera corresponsable. Es fundamental fortalecer la participación ciudadana, que en los últimos años ha rondado apenas el 10% de los ciudadanos participando en beneficio de su barrio, colonia o del municipio. Asimismo, se requiere consolidar un ecosistema de participación más robusto, con organizaciones que impulsen la incidencia ciudadana y fomenten la confianza entre el gobierno, la sociedad y los distintos sectores sociales.
En síntesis, es imperativo abordar los desafíos de Hermosillo con urgencia, eficiencia y corresponsabilidad entre las instancias gubernamentales e incorporando a la ciudadanía. De lo contrario, corremos el riesgo de enfrentar una espiral de crisis económica, intensificación de problemas sociales y un crecimiento urbano desordenado y desigual.