El candidato del presidente electo Donald Trump para la Secretaría de Salud, el controvertido Robert F. Kennedy Jr. (RFK Jr.) dijo en una entrevista realizada el pasado julio, y que ha recibido atención mediática esta semana, que la heroína lo ayudó a ser “el mejor de la clase” durante sus estudios, aunque lamentó su adicción, que duró más de una década.
RFK Jr. reveló detalles sobre sus adicciones en una entrevista en el pódcast ‘Shawn Ryan Show’ en julio, cuando todavía era candidato independiente a las elecciones de Estados Unidos, antes de retirarse y unirse a la campaña del que luego sería ganador, Donald Trump, como embajador de salud.
El político, conocido por su polémica postura antivacunas y que tiene como objetivo lograr una población “sana”, relata que cuando tenía unos 15 años, tras el asesinato de su padre, el senador RFK, en 1968, y en medio del “caos” en su hogar, probó las drogas y pronto se enganchó.
RFK Jr. contó que consumió LSD en una fiesta y al día siguiente metanfetamina, y así comenzó una “adicción los 14 siguientes años”, con tal progresión que en cuestión de meses estaba consumiendo heroína, su “droga de elección” junto a la cocaína, y que le ayudó en la escuela, pero “vació” su vida.
“Me iba muy mal en la escuela hasta que empecé a consumir narcóticos y me convertí en el mejor de la clase“, explicó, opinando que en aquella época probablemente le habrían diagnosticado un trastorno de déficit de atención y defendiendo que de alguna manera se estaba “automedicando”.
Aseguró que “funcionó, y si aún funcionara, seguiría” consumiendo la droga, pero reconoció que la adicción puede resultar mortal, como le sucedió a su hermano David, que falleció a los 28 años, en 1984, por sobredosis, y lamentó que “destruye tus relaciones” y hace tu vida “unidimensional”.
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