Por Barbara Encinas
Hermosillo, Sonora.- En el marco del Día Internacional de la Niña, que se conmemora el 11 de octubre, Ana Ivette Rodríguez, docente de la Universidad de Sonora, destacó la importancia de tener un día en el que se pueda revisar las condiciones en las que viven las niñas en alrededor del mundo.
La especialista en perspectiva de género en las infancias indicó que las niñas son personas sujetas de derecho, independientemente de la edad que tengan, por lo que tienen derecho a ser escuchadas y a decir lo que sienten.
“Es necesario que volteemos a verlas con otros ojos para poder abrir estos espacios en donde se sientan seguras para decir qué cosas se sienten bien, están contentas, pero qué cosas no les están gustando”, expuso.
Y es que bajo el lema ‘La visión de futuro de las Niñas’, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) destacó este año las contribuciones de las menores para la creación de un mundo más justo.
Datos para la reflexión
Si bien los antecedentes de este día vienen desde 1995, fue hasta 2011 que se estableció como día internacional por la ONU. Aún así, en pleno 2024, existen cifras que, Rodríguez mencionó, son alarmantes para la realidad de las niñas.
Por ejemplo, indicó que una de cada cinco niñas es víctima del matrimonio infantil, mientras 29.7 por ciento de las niñas y adolescentes dedican más de 28 horas semanales al trabajo doméstico.
Indicó que la mutilación genital todavía es un problema y más de 133 millones de niñas en el mundo han sido víctimas, además de que otras padecen VIH a causa de la trata de personas o pornografía infantil.
Rodríguez Navarro expuso que los usos y costumbres vienen desde los pueblos originarios hasta las comunidades urbanas en las grandes ciudades, y como se hace menos a las mujeres por el hecho de serlo, además de adjudicarle obligaciones como atender a sus padres o hermanos hombres.
“Estas ideas tienen un impacto en la vida de esas niñas, que después se convierten en mujeres y que son personas que han sido abusadas, que no han tenido una vida libre para disfrutar de sus derechos”, subrayó.
Eduquemos a las infancias
Ante estas circunstancias, la catedrática aboga por educar e intervenir desde las infancias para promover cambios profundos en nuestro entorno.
“Biológicamente, cognitivamente, nuestro cerebro está listo para recibir y aprender. Sí nosotras y nosotros generamos aprendizajes que nos permitan vivir en la igualdad desde pequeñas y pequeños, entonces vamos a tener una sociedad más justa, más equitativa.
Cuando una persona aprende en las primeras etapas, el conocimiento se queda, permanece y puede generar nuevas conexiones con el mundo para interpretar el mundo que las rodea”, puntualizó.
Un impulso por ser imparables
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) remarcó que todas las colectividades deben crear más oportunidades para que las voces de las niñas sean escuchadas, garantizar que participen en procesos de toma de decisión y facilitar que asuman posiciones de liderazgo.
Por su parte, el representante de Unicef en México, Christian Skoog, comentó que, a pesar de las dificultades estructurales que enfrentan cada vez más las niñas y adolescentes, están derribando barreras y obstáculos impuestos por los estereotipos y la exclusión.
“(Ellas) rechazan con mayor fuerza cada día los guiones preestablecidos, debemos ayudarlas en ese proceso hasta que todas y cada una de ellas sean imparables”, afirmó.