Por Pepe Suárez
Recientemente, en el universo de la red virtual, los usuarios han estado reproduciéndo de forma viral una serie de videos a nivel nacional, nos referimos a un tipo de video corto denominado “reels” que esta en tendencia o se volvió “trend”; quien protagoniza estos videos es la autodenominada “Patrulla Espiritual” la cual se muestra interviniendo en personas que de primera impresión dejan claro su “indigencia” y encontrarse bajo los efectos de alguna sustancia o droga (siempre vulnerables socialmente y adictos), estas personas son abordadas por un líder el que lleva por mote el “Chiquilín” mismo que funge como director de un anexo o centro de rehabilitación cristiano, el cual les hace prestarle su atención llamándoles con frases que son iguales de virales como: “coquetos” o “Tazos dorados” y al momento de estar prestos se procede a someterlos entre sus cuatro o cinco acompañantes para ingresarlos en su centro de ayuda a personas adictas de personas con situación de calle.
Lo cual ha generado cierta polémica entre la audiencia, en varios aspectos, aunque el que más sobresale es el que nos lleva a reflexionar a razón sobre si este tipo de intervención que se hacen de forma “forzada” para ingresar a adictos a algún centro de ayuda, raya en lo ilegal o de si es permitido por las legislación vigente en el tratamiento a las adicciones, ya que se aduce que se están vulnerando los derechos humanos así como de su integridad física y mental, sin tomar en cuenta que momentos antes de su arribo al centro, para la sociedad, las personas indigentes, mendigos o pordioseros vivían en la más completa ignorancia, no solo de sus derechos humanos, sino de su existencia misma.
En México, desde los años 80¨s el problema de las adicciones en la sociedad era un imperativo social a atender, cosa que las autoridades jamás asumieron ni atendieron ese encargo social, razón por lo cual emergieron “soluciones” desde la sociedad civil, dadas las lagunas en políticas públicas de salud y la inexistente atención a la población adicta cada vez más creciente, se dispara un boom de “centros de tratamiento cristianos y anexos” que eran atendidos solo por sus mismos ex – pacientes, su Modelo de “tratamiento” es basado en el “internamiento” forzado, la aceptación de dogmas religiosos, y la convivencia de forma hacinada y mixta con otros pacientes. La ventaja administrativa para el director o padrino es que estos centros cristianos y anexos no requieren contratar personal ni cubrir ningún tipo de prestaciones a sus empleados o “servidores” ya que ellos en su gran mayoría son ex-internos del mismo centro y lo hacen “bien”, de “buenas” y de “Buena Voluntad”.
Así, actualmente se encuentran operando más de 200 centros en cada estado de la república, que cubren a nivel nacional el 97% de la atención residencial, sin un solo recurso o donación por parte del gobierno, así que todo lo recaudado en cobros o donaciones pasan asistir a sus internos para la alimentación y a veces también para vestido y estudios clínicos, los aspectos de “mantenimiento”, limpieza del inmueble pasan a ser parte de las “terapias ocupacionales asignadas” a los “internos”. Que no debemos olvidar, antes no recibían ningún tipo de atención por parte del aparato sanitario de las autoridades.
Si bien hoy hay centros de tratamientos operados por el gobierno, la brecha de atención existente es sumamente enorme ya que solo cubren al 3% de la población adicta y por lo general, no reciben a este tipo de sector de la población, que están siendo hoy socorridos por los elementos de la “patrulla espiritual” prometiéndoles en su estancia en el centro ropa, comida y un tratamiento guiado por la biblia que consiste en recibir “cristoterapia” durante seis meses, sin pagar absolutamente nada, dicen que se les otorga una “beca”.
En esta evolución histórica del problema de adicciones en México, La única presencia del gobierno, se estableció por medio de ciertas reformas a la política pública en materia de adicciones y salud mental el 2023, una reforma que desde que nació, estaba sin posibilidad de que nadie le diera vida ya que la rectoría y administración de los públicos asignados administrándolos los mismos grupos de siempre (CIJ, CONADIC, CECAD´s, etc.) mismos que han tenido el encargo de paliar las adicciones desde los 80´s y su fracaso en atender y prevenir adicciones en la sociedad, pese a los millonarios recursos que les han sido asignados, dieron pie a que se realizara esta reforma a la ley de salud, y se convirtiera en una paradoja política, ya que salió “la misma gata, pero revolcada”.
Ahí se estipulo, so pretexto de cubrir y salvaguardar los derechos humanos de los adictos, que los ingresos a clínicas o anexos, no podrían ser realizados de forma “involuntaria” y que cada paciente ingresado al centro debiera tener un “Consentimiento” informado del tratamiento que recibiría firmado de acuerdo, pensando que eso aportaría a la solución del problema; pero el aspecto de la cobertura real para el tratamiento a personas que padecen de las adiciones, solo quedo en una mera promesa de organización y logística de las instituciones de salud existentes (mismas que antes no le hicieron nada al problemas, mas que dejarlo acrecentarse de forma hoy grotesca), al hecho le agregamos que cada día se exacerba mas el problema, nunca disminuye y estas opciones de tratamiento que ofrecen la “patrulla salvadora” resultan vitales ante el dispendio de recursos de las autoridades de salud en sus promocionales y estrategias de prevención de adicciones fallidas.
Así mismo, producto del incremento de las adicciones, es muy notorio en nuestra sociedad el incremento masivo de personas vulneradas por la adicción (sin ningún tipo de atención social o gubernamental) y ellos siguen siendo los que caen. Sin duda, estos esfuerzos aislados de la “patrulla salvadora”, al menos si no los recuperan por no utilizar un método científico en su tratamiento, los está haciendo que se “visibilicen”, antes no existían o si se aparecían, era motivo de desagrado social. Sería poco ético y humanista que después de que no cachan, tampoco pichan, no dejen batear, con argumentos legaloides o comentarios que hacen parecer que ellos solamente tienen el monopolio de la recuperación, pero no lo usan en toda la población en general, ya que se ve que están más interesados en sabotear e impedir estas intervenciones; no vaya a ser que este trabajo realizado “de buena voluntad” desde una base religiosa, obtenga los resultados que evidencien lo que ellos jamás han logrado con todos los recursos y logística a la mano.