A sus 66 años, Roberto Ortiz Orguia sigue demostrando que nunca es tarde para alcanzar sueños y objetivos. Con una vida llena de esfuerzo y dedicación, Roberto, originario de Veracruz, se ha convertido en un símbolo de perseverancia en la Universidad de Sonora (Unison), donde vende paletas de hielo y bolis a estudiantes y personal.
Roberto llegó a Sonora hace aproximadamente 30 años en busca de mejores oportunidades laborales, dejando atrás un pueblo natal con escasas opciones de empleo. A lo largo de su vida, ha trabajado en diversos oficios, desde ser militar en 1980 hasta desempeñarse como guardia de seguridad y velador. Sin embargo, su pasión por el trabajo ambulante le llevó a vender raspados, bolis y paletas en varios estados de México, incluyendo Sinaloa, Chihuahua y Baja California. Hoy en día, se encuentra contento en Sonora, un lugar donde siente que ha encontrado un verdadero hogar.
“Desde que llegué aquí a Sonora, es un estado donde la gente me quiere mucho. Aquí es donde trabajo, porque allá en el pueblo casi no hay trabajo. Aquí les dan oportunidad a los adultos mayores”, comentó Roberto con orgullo.
Cada día, Roberto comienza su jornada a las 9:00 de la mañana, recorriendo la Unison con su carrito de paletas. Sus productos, que van desde 10 a 25 pesos dependiendo del sabor y tipo, incluyen opciones de crema y agua en sabores como uva, tamarindo y limón. Gracias a su cercanía con estudiantes y personal de la universidad, Roberto logra vender toda su mercancía para las 13:00 horas.
A pesar de los desafíos, como el confinamiento y las huelgas que afectan su trabajo, Roberto siempre encuentra la manera de estar presente y ofrecer algo refrescante a los estudiantes, ayudándolos a sobrellevar las altas temperaturas.
Además de su trabajo, Roberto es un ejemplo de superación personal. A sus 66 años, está en proceso de terminar su educación básica, habiendo completado la primaria y actualmente buscando terminar la secundaria en una escuela para adultos mayores.
“Decirle a los chamacos que se cuiden mucho del calor y echen ganas al estudio, porque no queda de otra. Estudiar porque de otra manera no salimos adelante. Yo hasta ahorita estoy estudiando en una escuela para adultos mayores, ya saqué la primaria y voy por la secundaria”, compartió.
Roberto Ortiz no solo sigue vendiendo paletas y bolis, sino que también inspira a quienes lo rodean con su determinación y amor por el aprendizaje.