El presidente ruso Vladimir Putin afirmó el lunes que los pistoleros que perpetraron el atentado contra una sala de conciertos en el que murieron más de 130 personas en un suburbio de Moscú la semana pasada eran “islamistas radicales”.
Hablando en una reunión con funcionarios del gobierno, Putin dijo que los asesinatos fueron llevados a cabo por extremistas “cuya ideología el mundo islámico ha estado combatiendo durante siglos”.
Putin, que dijo el fin de semana que los cuatro atacantes fueron detenidos cuando trataban de huir a Ucrania, no mencionó a la filial del grupo Estado Islámico que reivindicó el atentado. En sus declaraciones del lunes volvió a abstenerse de mencionar al Estado Islámico.
También se abstuvo de decir quién ordenó el ataque, pero dijo que era necesario averiguar “por qué los terroristas tras cometer su crimen intentaron huir a Ucrania y quién les esperaba allí”.
En Rusia aumentaban los llamados a castigar con dureza a los autores del ataque, al tiempo que las autoridades peinaban las ruinas del recinto en busca de más cadáveres y un sacerdote ortodoxo bendecía el lugar.