Por M.C. Glenda Gutiérrez Silva
El acceso a una alimentación adecuada y nutrición en Hermosillo es un tema que merece una atención renovada. A menudo, se asume que mantener una dieta saludable es simplemente cuestión de voluntad individual: comer más verduras, reducir los refrescos y las harinas. Sin embargo, esta visión simplista pasa por alto el contexto socioeconómico en el que viven muchas personas en nuestra ciudad, un contexto marcado por la inseguridad alimentaria.
La inseguridad alimentaria abarca mucho más que la simple disponibilidad de alimentos. Incluye aspectos como la accesibilidad a dietas saludables, la educación nutricional, y la infraestructura de comercialización y distribución de alimentos. Por lo tanto, es injusto culpar a individuos como Juan o María por no alcanzar un peso ideal o una nutrición adecuada, cuando pueden estar luchando contra múltiples barreras, desde la falta de opciones nutritivas asequibles hasta la conveniencia de la comida rápida después de largas jornadas laborales. Tal es el caso de las 169, 224 personas que viven situación de carencia alimentaria en Hermosillo, o bien el más del 40 % de la población que viven en algún nivel de pobreza en la ciudad (Coneval, 2020).
La situación de Hermosillo no es única; refleja desafíos globales en materia de seguridad alimentaria. Según el informe de la FAO del año 2023, estamos lejos de cumplir con las metas de nutrición establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. La creciente asequibilidad de alimentos nutritivos y la desigualdad están exacerbando la situación.
Para abordar estos desafíos, debemos actuar a nivel local. Es esencial diversificar nuestras dietas y reducir la demanda de alimentos altamente calóricos mediante políticas fiscales y regulaciones que promuevan un acceso equitativo a alimentos saludables. Además, debemos fortalecer los segmentos locales de las cadenas de suministro alimentario, fomentando la venta de alimentos saludables en mercados locales y puestos callejeros.
Sin embargo, no debemos esperar soluciones únicamente de las mesas de toma de decisiones. Todos podemos contribuir a la seguridad alimentaria de nuestra comunidad. Desde reflexionar sobre nuestros propios hábitos alimenticios hasta fomentar una mayor demanda de alimentos saludables, compartir alimento, brindar tu tiempo al servicio de desayunadores comunitarios, disminuir las perdidas y desperdicio de alimentos al hacer compras con conciencia de lo que se comerá en casa y reinventar recetas de cocina para hacer uso de todos nuestros insumos, cada acción cuenta. ¿Qué estás haciendo tú para contribuir?
Es fundamental que la participación ciudadana en temas de alimentación y salud sea más activa. Según los resultados de la Encuesta de Percepción Ciudadana 2023 de Hermosillo “¿Cómo Vamos?”, el 98.5% de las personas encuestadas no pertenecen a ninguna asociación civil, social o política. Esto sugiere una gran oportunidad para que la comunidad se involucre y promueva iniciativas que aborden estos desafíos de manera más efectiva.
En última instancia, la seguridad alimentaria no es solo una cuestión de producción y distribución de alimentos, sino también de equidad y justicia. Trabajando juntos podemos remodelar nuestros sistemas alimentarios para promover la salud y el bienestar para todos en Hermosillo.
La autora es Maestra en Ciencias, Desarrolladora de proyectos sociales de seguridad alimentaria, nutrición y desarrollo comunitario.