Cinco científicos expertos en huracanes desconocen cómo o por qué no se predijo lo devastador que sería el huracán Otis, en Acapulco.
Esto a pesar de que especialistas en meteorología han mejorado dramáticamente sus pronósticos de intensidad en los últimos años.
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“Los modelos lo arruinaron por completo”, compartió Kerry Emanuel, profesor de ciencias atmosféricas del MIT y experto en huracanes.
Modelos informáticos fiables y pronosticadores no predijeron la intensidad de Otis, creando una tormenta inesperadamente fuerte que llegó la noche del 24 de octubre en tiempo récord.
Esta mañana las autoridades confirmaron que van 27 personas muertas y varias desaparecidas en Acapulco, donde la comunicación tardó en llegar.
Medios nacionales informaron el domingo por la noche sobre la formación de la tormenta tropical Otis, por debajo de la fuerza de un huracán.
Sin embargo, 24 horas después, Otis se convirtió en huracán categoría 5 y tocó tierra con vientos de 266 km/h, la llegada más fuerte de cualquier sistema del Pacífico Oriental.
La fuerza de Otis pasó de vientos de 113 km/h a 257 km/h sólo en 12 horas, convirtiéndose en un récord, y se fortaleció antes de atacar.
Lo que pasó con Otis fue simplemente una locura, dijo Brian McNoldy, investigador de huracanes de la Universidad de Miami.
Coincide con una tendencia documentada de huracanes que se intensifican rápidamente con mayor frecuencia en las últimas décadas por la temperatura del mar relacionada con el cambio climático.