Julieta Fierro Gossman, del Instituto de Astronomía de la UNAM, explicó que en diversas culturas, existían mitos que atribuían la desaparición temporal del Sol a fenómenos celestiales interpretados como devoraciones divinas.
La cultura china, por ejemplo, concebían la idea de un dragón que engullía el sol, anticipando que sus rugidos marcarían su liberación.
Mientras tanto, los mexicas compartían una creencia similar, visualizando a una deidad que mordía al Sol, generando así su momentánea ocultación.
Aquí algunos de los mitos más populares sobre los eclipses:
¿Bajamos de peso?
Según el mito, durante un eclipse, las fuerzas gravitacionales de la Luna y el Sol convergen, lo que provoca una disminución en el peso de las personas. Esta idea se originó a partir de una interpretación científica basada en situaciones extremas.
Sin embargo, Fierro Gossman aclaró que este mito, que carece de evidencia científica.
¿Provoca deformaciones en los bebés?
Es común que a las mujeres embarazadas se les alerte sobre no salir durante un eclipse. Se cree que el bebé puede nacer con deformaciones o labio leporino.
De ahí nace la creencia del hilo rojo como protección para los menores.
Esto tiene que ver con los mayas, quienes creían que se emanaba energía negativa y por eso los niños estaban en peligro. Sin embargo, no existe prueba científica que garantice eso.
¿Se envenena la comida?
En redes sociales circuló la advertencia de evitar cocinar durante el eclipse solar, pues se cree que V que llegan desde el sol durante un eclipse son más potentes y dañinos que los rayos UV de días normales y por ello podrían provocar un cambio en la química de los alimentos que los haría dañinos para la salud.
Sin embargo, esta creencia es completamente falsa.