Hermosillo, Sonora.- En 2021 falleció el esposo de María Corrales, una mujer encargada de una llantera en Hermosillo, desde entonces, ella y su perro Rocky se han vuelto inseparables.
Él la cuida y protege de quien le quiera hacer daño, pues trabaja todo el día en la calle reparando llantas.
María y su esposo Jorge iniciaron este negocio hace 22 años en la capital de Sonora.
Al tiempo, a Jorge le diagnosticaron el Síndrome de Guillain-Barré, enfermedad que lo sentó en una silla de ruedas, pero aun así continuó trabajando en la llantera familiar.
En 2005, María comenzó a aprender cada uno de los pasos del trabajo para cambiar llantas, sin embargo la mujer no estaba de lleno en el lugar, únicamente Jorge.
Por su condición con discapacidad, a Jorge lo asaltaron en dos ocasiones en el negocio, por lo que un conocido de la familia les regaló un cachorro pastor belga, el cual fue entrenado por un policía municipal de Hermosillo durante un mes.
“Lo entrenamos para que cuidara a mi esposo pero él falleció hace dos años y el Rocky y yo nos hicimos inseparables. Siempre está pendiente de mí; aparte de que me cuida es muy entretenido estar con él y me ayuda”, comentó Corrales.
María destacó que en ocasiones han llegado personas ‘de cuidado’ y que Rocky los empuja para que no se le acerquen; afortunadamente no ha sufrido ningún tipo de violencia al trabajar en la vía pública y se lo agradece a su perro, que es guardián.
Durante la temporada de calor, Rocky solo va durante las mañanas a trabajar con María a la llantera ubicada por la calle República de Panamá, entre Tecnológico y Cerro del Águila, de la colonia Sonacer, y los hijos de María pasan por el perrito de casi cuatro años a medio día para que no pase calor.
En esas horas, Rocky además de vigilar y jugar con la pelota, le ayuda a María a recibir a los clientes, pues va a la puerta del carro y los saluda; también carga la manguera y cuando se pone travieso, no la quiere soltar.
“El Rocky va y los saluda al carro, los recibe… es atención al cliente. Aquí gasta toda la energía que tiene, corre, juega, siempre lo vigilo porque a veces le abren la puerta del carro porque piensan que anda perdido y es capaz de subirse, es muy sociable, siempre quiere jugar”, detalló María.
Además, María tiene dos perritas chihuahuas que son amigas de Rocky. Comentó que ella ama a los animales, sobre todo los perros y mencionó que ella sufre al ver a perros callejeros, amarrados y que sus propietarios no los cuidan.
“Son seres vivos y también sienten. Me parte el alma ver a los perritos en la calle, me duele mucho”, dijo.
Recalcó que tener un perro guardián entrenado es muy recomendable para las mujeres que pasan gran parte del día trabajando en la vía pública al igual que ella, ya que protegen demasiado.
“Siempre he estado de lleno pero ahora sola, en peligro no he estado pero sí se acerca gente que tienes que cuidarte un poquito más y el Rocky siempre está en medio. Los empuja o me empuja a mí con el cuerpo para que no se me acerquen.
Les recomiendo que traigan un perro y que lo entrenen porque sí protegen y cuidan muchísimo. El perro se enamora de ti y tú del perro”, concluyó María.