Guaymas, Sonora.- A sus 20 años, José Roberto Bolaños se sube a diario a los camiones en Guaymas y San Carlos a cantar, tocar la guitarra y ganarse unos cuantos pesos que ahorra para continuar con sus estudios.
Cuando cursaba el tercer semestre de la preparatoria en el Centro de Estudios Tecnológicos del Mar (Cetmar), José Roberto abandonó los estudios por problemas familiares.
En entrevista, el joven narró que su madre y padrastro lo corrieron de su casa hace cuatro años y se fue a vivir con su papá, pero tenía que trabajar para ayudarle con los gastos de la casa, situación que se complicó y dejó la escuela.
José Bolaños, padre de Roberto, le abrió las puertas a su hijo, pues siempre deseó que el joven viviera con él.
Al salir de la escuela, José comenzó a trabajar como ayudante de su papá en servicios de refrigeración, eléctrica, plomería, entre otros oficios.
El deseo del joven era trabajar los sábados, pero para eso necesitaba ser mayor de edad.
Ya son cuatro años desde que José Roberto tuvo que abandonar los estudios, pero nunca perdió las ganas de terminar la preparatoria.
Aprendió a tocar la guitarra y ahora se sube a los camiones a cantar para colectar dinero y pagar los cursos sabatinos en Cetmar el siguiente semestre.
“Ahorita lo que estoy haciendo es juntar lo más posible para cuando entre a la prepa comprar lo que voy a ocupar, igual que aporto a mi casa.
Mi papá me ha dicho que puedo dejar de tocar si quiero y que me meta a la escuela, que él me ayuda con los estudios, pero a mi no me gusta, me siento raro, no me gusta pedir”, enfatizó el cantante.
Una vez que egresado del bachillerato, José Roberto desea estudiar una carrera universitaria relacionada a la mecánica o mecatrónica, pero su sueño más grande es dedicarse de lleno a la música y llegar a tener un grupo.
Sin embargo ve difícil la meta de estar en un grupo, pues considera que los jóvenes de su edad solamente tocan “corridos tumbados”, y casi no simpatiza con el género.
En redes sociales, el cantante se ganó el corazón de quienes ven sus videos y simpatiza con los pasajeros de las rutas en las que ameniza con su melodiosa voz.