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martes, julio 8, 2025

En 7 años, jóvenes plantaron 12 mil árboles para salvar del fuego y la tala a un cerro histórico de El Salvador

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Con información de CNN en Español

El Salvador.- La bióloga Gabriela Gavarrete, de 26 años, propuso el proyecto “Suma un bosque”, con el objetivo de restaurar con reforestación árboles nativos en El cerro Tecana en El Salvador.

La bióloga fue reconocida por Global Landcape Forum, una organización que trabaja en la restauración de ecosistemas y premia a seis jóvenes de todo el mundo comprometidos con esta causa.

El cerro Tecana lucha por sobrevivir en medio de las amenazas del fuego y la tala ilegal, pero tiene una aliada dedicada a sembrar árboles para reforestar el bosque y, principalmente, para sembrar un cambio duradero en la comunidad que sea ejemplo para El Salvador y más allá de sus fronteras.

“Desde pequeña siempre quise estudiar la naturaleza. Estudié Biología, y durante mi carrera siempre sentí la necesidad de hacer proyectos para poder conservar la biodiversidad”, cuenta Gabriela a CNN.

La joven puso sus energías en el Tecana, un emblema cultural e histórico de Santa Ana, donde sus pobladores pueden reconocer por la cruz ubicada en su punto más alto. 

El Tecana tiene una doble importancia, explica: por un lado “es un lugar de recarga hídrica”, donde llega el agua que sostiene la vida en la ciudad y por otro lado, conectado a una cadena de cerros que rodean a Santa Ana, se trata de un hábitat y corredor de paso de muchas especies.

Los incendios forestales y la tala de árboles, han crecido y diezmado el cerro, ésto con el objetivo de expandir los cultivos en la zona, poniendo en peligro los recursos vitales que provee.

Gavarete explica que el trabajo de restauración de ecosistemas implica aplicar conocimientos técnicos y en eso se enfocan muchas iniciativas. 

“Pero enfocarse solamente en el trabajo de restauración a veces no da los mismos frutos que enfocarse a trabajar también de la mano con la comunidad”, dice.

Con su proyecto busca brindar recursos a la comunidad para que ellos se apropien del proceso.

Para reforestar el cerro Tecana, Gavarrete se puso en contacto con otro joven con quien ya había compartido horas de trabajo y se encontraba impulsando las mismas acciones en el cerro hace siete años: Caleb Palilla. Él, junto a amistades, creó en 2015 la organización “Un Pulmón más”, que trabaja en la conservación de ecosistemas y tiene una larga historia en Santa Ana.

De hecho, en siete años, sumando las dos iniciativas, en el cerro y las lomas que están alrededor se han plantado 12 árboles.

“Nuestra organización trabaja solo con jóvenes porque los jóvenes son esas personas que al decirle que no se les impulsa a que puedan generar cambios, a que puedan generar ese cambio en nuestro planeta que se necesita para poder garantizar el futuro”.

“Mantenemos el ideal de poder crear un futuro mejor para el futuro cercano y lejano”, explica

Desde hace 3 décadas, Marcela de Jesús Saldana, de 68 años, vive en el área, y se volvió una figura clave para que funcione la restauración del bosque en el cerro Tecana.

“Para mí el cerro Tecana es una vida”, dice a CNN. Trabaja junto a integrantes de Un Pulmón más y pone el lugar para guardar los árboles donados que se van a sembrar.

“Cuando no vienen yo me siento bien triste”, explica, ya que para ella estos jóvenes son familia.

También son familia los árboles, a los que califica, entre lágrimas, como unos hijos “adoptados”.

El vivero, una pieza clave de Suma un Bosque

El proyecto trabaja en la construcción de un vivero comunitario sobre el terreno que recibirá los árboles donados y donde podrán sembrar ejemplares a partir de las semillas recolectadas en el bosque.

En la construcción del vivero trabajan integrantes de la comunidad, voluntarios, grupos de universidades e incluso de empresas interesadas en el proyecto.

Uno de ellos es Mario César Contreras, que con solo 13 años ha participado en tareas como clavar los hoyos y asistir con las herramientas. Su padre quería que se involucrara en alguna actividad del estilo, se acercó y lo que encontró lo convenció. “Poco a poco fui viendo que era bien bonito”, dice a CNN. “Me voy a quedar aquí”.

La visión de Contreras trasciende con creces la frontera del cerro Tecana. “Siento que estamos haciendo cosas buenas para ayudar no solo a la colonia sino al mundo, para nuestra supervivencia, y para que nosotros vivamos más felices, que no destruyamos sino que creemos”.

Mano a la obra: el paso a paso de una reforestación exitosa

El proceso para hacer una reforestación exitosa en el cerro comienza mucho antes de cavar los hoyos para plantar los árboles y termina, como mínimo, tres años después.

Es necesario, primero, contar con un listado de los árboles nativos que se pueden plantar en el cerro, que se arma con ayuda de expertos, explicó Gavarrete. Además se toman muestras de los suelos para analizar la adaptabilidad de las especies a plantear.

Luego toca poner el operativo en marcha: comunicar el proyecto, conseguir las donaciones, convocar a los voluntarios y finalmente llegar al terreno con ellos.

Entonces se cavan los hoyos y se plantan los árboles, utilizando estacas para que tengan una guía que los acompañe en el crecimiento, que depende de la pendiente del lugar. En esa instancia usan fertilizantes orgánicos. Además, si hay ganado cerca, es necesario cercar los lugares.

El trabajo no acaba allí: luego hay que hacer un mantenimiento que es de tres años como mínimo, explica la bióloga. Esto implica visitar de manera sistemática los árboles plantados, echarles agua si es necesario, constatar que todo va bien y, si es necesario, reemplazar ejemplares.

Gabriela, Caleb y Marcela trabajan, de manera incansable, por un cambio sostenible en el Tecana. Pero son conscientes que necesitan más recursos. El financiamiento, explicó Gabriela, es uno de los objetivos a futuro. Y además, para ellos, es fundamental que el Gobierno reconozca al cerro como área protegida, lo que permitiría mejorar su manejo.

Sus esperanzas están puestas en un mejor futuro, que están labrando con sus propias manos en el presente.

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