Ciudad de México, 23 de noviembres (SinEmbargo).- La Secretaría de Salud (SSa) federal informó este martes que México sumó en una semana seis mil 165 nuevos casos de COVID-19, así como 51 defunciones en el mismo periodo.
Por lo tanto, el país acumula, desde que comenzó la pandemia en marzo de 2020, siete millones 125 mil 098 casos confirmados de la COVID-19; así como 330 mil 495 defunciones, 778 mil 045 sospechosos y 10 millones 813 mil 665 negativos.
Los estados con mayor cantidad de casos confirmados acumulados son Ciudad de México, Estado de México, Nuevo León, Guanajuato, Jalisco, San Luis Potosí, Veracruz, Tabasco, Puebla y Sonora, abarcando en conjunto el 64 por ciento de los casos registrados en el país.
Hasta el corte de este martes a las 17:00 horas, hay cinco mil 957 casos activos y con una tasa de incidencia de 4.6 por 100 mil habitantes (del 8 al 21 de noviembre). Los casos activos son aquellos positivos que iniciaron síntomas en los últimos 14 días.
Las entidades federativas con mayor tasa de casos activos por cada 100 mil habitantes son : Yucatán, Quintana Roo, Ciudad de México, Chihuahua, Baja California, Campeche, Sonora, Baja California Sur, Colima y San Luis Potosí.
En conjunto con las casi 330 mil 500 defunciones, otras 13 mil 982 son sospechosas, por lo que aún es pendiente su resultado a través de muestras de laboratorio.
La distribución por sexo en las defunciones confirmadas muestra un predomino del 62 por ciento en hombres. La mediana de edad en los decesos es de 64 años.
Recientemente ha salido a la luz el nombre de la variante “perro del infierno”, el cual refiere a las BQ.1 y la subvariante BQ.1.1, mismas que se perfilan para ser las cepas dominantes en Estados Unidos y Europa.
Este sobrenombre, según las fuentes que la han apodado así, es porque aseguran que es más contagiosa y resiste a la eficiencia de las vacunas, una afirmación que no está respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o alguna otra agencia sanitaria internacional, pero que ha llevado a generar una falsa alarma.
Al respecto, Doctor Jorge Baruch, Jefe de la Clínica del Viajero de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coincidió que más que alarma esta nueva cepa debe mantenernos al pendiente y atentos ante una pandemia que no ha terminado, por lo que sugirió “elevar la percepción del riesgo”.
“Más que preocupación se debe de elevar la percepción del riesgo, recordar que todavía no hemos salido de la pandemia, la pandemia todavía no finalizado y mientras el virus siga circulando van a acumularse nuevas mutaciones y con ello van a generarse estas variantes que pueden escapar a la inmunidad conferida por las vacunas, y ya hemos detectado un par de nuevas variantes, en específico esta BQ.1 y la BQ.1.1 que son justo las variantes que están causando este gran interés entre los medios pero también en la comunidad internacional”, comentó en entrevista para SinEmbargo.
Esto, explicó, “debido a que en los análisis científicos de estas nuevas variantes o subvariantes, por así decirlo, de Omicron se ha demostrado que escapan bastante bien al efecto neutralizante o protector de los anticuerpos provocados, ya sea por infecciones previas o por vacunación, y causa también preocupación por la cuestión de que no solamente escapa a vacunación derivada de las cepas originales sino también a las vacunas actualizadas que son las vacunas bivalentes, que también se están aplicando en grandes extensiones de Europa y Estados Unidos”.
La primera vez que se detectó a estas nuevas subvariantes fue el pasado mes de julio del 2022 en Nigeria, y desde entonces se ha propagado por alrededor de 65 países, entre ellos Estados Unidos en donde ya se le responsabiliza de aproximadamente el 17 por ciento de los casos de COVID-19.
Mientras que en el país se ha detectado la presencia de la variante BQ.1 en la Ciudad de México y el estado de Querétaro, aunque en un índice de casos aún bajo, no obstante, el Conacyt consideró que probablemente en los próximos meses se tenga un incremento en el número de casos asociados a la misma, mientras que de la subvariante BQ.1.1 aseguró hasta ahora no se ha reportado su presencia en México.
La preocupación por las subvariantes BQ.1 y BQ.1.1 reside en su rápida propagación debido a que presenta mutaciones con las que puede evadir el sistema inmune, aunque, enfatizó el Conacyt “no existen datos epidemiológicos que indiquen una mayor gravedad de la enfermedad”.