El 1 por ciento de las personas fueron responsables de casi una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero en las últimas 3 décadas, mientras que la mitad inferior solo aportó el 16%, advirtió un nuevo estudio.
La investigación detalla que la mayor parte de las emisiones totales del 1 por ciento más rico de la población mundial proviene de sus inversiones y no de su consumo.
Al año, el 50 por ciento inferior global contribuye con el 11.5% del total de emisiones, mientras que el 10% superior emite 48% y el 1% superior es responsable del 16.9%, según la investigación publicada en la revista académica Nature Sustainability.
Asimismo, solo 77 millones de personas, es decir una centésima parte de la población mundial, emite aproximadamente un 50 por ciento más que la mitad de la población, es decir, 3 mil 800 millones de personas.
De acuerdo con Lucas Chancel, autor de la investigación, la brecha de desigualdad se ha incrementado con los años. Desde 1990, las emisiones globales generales aumentaron alrededor de un 50 por ciento. Sin embargo, la mitad inferior solo aportó el 16 % del crecimiento, mientras que el 1% superior fue responsable del 23%.
En algunos casos, las emisiones de los grupos de ingresos bajos y medianos dentro de los países ricos incluso disminuyeron, mientras que las de los más ricos aumentaron. Tan solo en 2019, el 50 por ciento inferior fue responsable de solo el 12%, en contraste con el 10% superior que emitió el 48% del total.
Asimismo, el promedio global per cápita desde 1990 incrementó un 2.3 por ciento. No obstante, la aportación de cada persona del 1% superior subió un 26% y las del 0.01% más rico aumentaron un 80%. En contraste, las del 50% inferior crecieron 26%.
La dinámica de la desigualdad global de carbono está gobernada por dos fuerzas: la evolución de los niveles de emisión promedio entre países y los cambios de las desigualdades de emisión dentro de las naciones.
Esto quiere decir que, además de la gran inequidad internacional que se da entre los Estados, también existen diferencias entre los individuos dentro de cada país. Según el estudio, los más ricos no cumplen con los Acuerdos de París, pero los de menores ingresos sí lo hacen.