Hermosillo, Sonora.- La marihuana, la cocaína, las anfetaminas, los medicamentos controlados y los solventes e inhalantes son las drogas más consumidas por los mexicanos, de acuerdo con un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc).
En el caso de la marihuana, esta droga es consumida por más de siete millones de personas en el país, según indicó la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat) en su periodo 2016 y 2017, donde se señala que por lo menos un 8.6 por ciento de los adultos entre los 18 y 65 años la han probado aunque sea una vez en su vida.
Al fumar cannabis, cuando el THC (tetrahidrocannabidol) y otras sustancias químicas de la planta ingresan por los pulmones hacia el torrente sanguíneo es el cerebro que los recibe, provocando que la persona comience a sentir los efectos de forma casi inmediata. Aunque dichos efectos pueden variar dependiendo de quien lo consuma, en su mayoría llega a experimentarse euforia placentera y una sensación de relajación, además de incremento en la percepción sensorial, risa, alteración en la percepción del tiempo y aumento del apetito.
Sin embargo, según la Unidad de Especialidades Médicas-Centro de Atención Primaria en Adicciones (Uneme-Capa) Hermosillo Norte, “el consumo habitual de marihuana provoca una serie de daños orgánicos y psicológicos a largo y corto plazo”. Aquí te contamos cuáles son esos efectos a corto y largo plazo, citando la información del Centro.
Los efectos a corto plazo del consumo de marihuana, indica Uneme-Capa, van desde el aumento de la frecuencia cardiaca, riesgo de ataque al corazón y hasta la dificultad para concentrarse y recordar información.
Por otra parte, aquellos de a largo plazo pueden incluir tos crónica, depresión y ansiedad, pensamientos suicidas, alucinaciones y paranoia temporal, detonando en una desconfianza extrema.
Hay que tomar en cuenta que dichas consecuencias del consumo de la marihuana no son estrictas en todos los individuos y, como se mencionó, pueden variar dependiendo de cada persona.
Por ejemplo, a pesar de que algunas investigaciones sugieren que a los fumadores de marihuana se les diagnostica depresión con más frecuencia que a los no fumadores, particularmente a los que la consumen de forma regular o en grandes cantidades, no parece que la marihuana produzca depresión en forma directa, según el portal MayoClinic. Al final, serán otros factores como los genéticos, ambientales o de otro tipo que pudieran desencadenar en la depresión, impulsados probablemente por el mismo hábito de fumar.