Hermosillo, Sonora.- Las heridas de traición, que ocurren en los primeros años de la infancia, pueden ocasionar que la persona lastimada, al madurar, crezca con sentimientos y emociones que le dificulten sus relaciones y la forma de interactuar con los demás.
La psicoterapeuta Mayra Leyva explicó para Proyecto Puente que la herida de traición es una lesión afectiva que impide llevar una existencia plena, pues deja una huella profunda en las relaciones personales.
De acuerdo con la especialista, este fenómeno se da entre los dos y los cuatro años, y sucede generalmente con el padre del sexo puesto.
“Es un niño decepcionado cuando se cae la imagen de uno de los padres. Pierde la visión de respeto, amor por sus padres y crece con una máscara con miedo. Un adulto así es una persona muy controladora, tiene un gran miedo a que lo repudien o a la separación”, dijo.
¿Cómo actúa un adulto que creció con heridas de traición?
La psicoterapeuta Leyva indicó que un adulto que creció con heridas de traición “hace de todo para convencer a los demás”, busca ser jefe para imponer su voluntad, realiza esfuerzos para sentirse responsable, señala a los demás y los censura, encuentra la manera de no ser acusado y acapara la atención en grupos.
Precisó que los padres deben abstenerse de realizar promesas a sus hijos que no les van a cumplir, pues para los niños es muy importante que les cumplan lo que les dicen.
A continuación, te compartimos la entrevista completa por nuestro canal de YouTube: