Columna El Faro
Tu personalidad, habilidades, gustos y aversiones cambian con el paso del tiempo, pero ese cambio no está fuera de tu control.
¿Qué puedes hacer para convertirte en la versión de ti mismo que más quieres ser?
Comienza por reconocer las diferencias entre tu pasado, tu presente y tu eventual futuro. Imagina tu futuro deseado: establece esos objetivos específicos posibles para encaminarte a alcanzar ese escenario. Desarrolla una narrativa de identidad consistente con la persona en la que deseas convertirte, comparte esa historia con los demás. Esa identidad impulsara tu comportamiento, que con el tiempo fortalecerá y ampliara tu personalidad.
El psicólogo de Harvard, el Dr. Daniel Gilbert, explica un sesgo que casi todos tenemos, tendemos a pensar que la persona que somos hoy es la persona que siempre seremos.
La mayoría de las personas, cuando se les pregunta si son los mismos que hace 10 años, dirán que no, pero nos resulta mucho más difícil ver el potencial de cambio hacia el futuro. A pesar de ser conscientes de que nuestro pasado es claramente diferente de nuestro presente, tendemos a pensar que quienes somos en este momento es la versión “real” y “terminada” de nosotros mismos, y que nuestro “yo futuro” será básicamente lo mismo que somos ahorita. Todos los seres humanos son obras en progreso, y es equivocado pensar que están terminadas.
A continuación, proporcionamos tres estrategias para ayudarte a convertirte en la persona que añoras.
Paso 1.- Diferencia entre tu persona del pasado, actual y futuro
Como regla general, las personas tienden a poner un énfasis extremo en su actualidad. Tendemos a aferrarnos a nuestras identidades actuales y hablar en términos increíblemente definitivos sobre quiénes somos ahora. Estas etiquetas dejan poco margen de maniobra para el cambio y el crecimiento.
Cuando asumes una etiqueta sobre ti mismo, dejas de ver otras alternativas. Si algo se presenta como una verdad aceptada, cualquier otra forma de pensar ni siquiera se considera.
Lo cierto es que no eres la misma persona que eras en el pasado. No haces las cosas de la misma manera que antes. Ya no quieres lo que una vez quisiste. En lugar de etiquetarte y centrarte en quién eres hoy, reconoce cuánto has crecido y cambiado.
Paso 2.- Crea tu “yo futuro” ideal
Es mucho más fácil aceptar el presente y normalizarlo que imaginar un futuro diferente. Pero si no te tomas el tiempo y te dedicas a construir un escenario óptimo de quién quieres ser, entonces serás el resultado reactivamente de lo que sea que la vida te vaya dando. La investigación ha demostrado que dar forma al futuro requiere “práctica deliberada” y la capacidad de desarrollarse hacia un objetivo específico. No puedes crecer efectivamente sin una dirección precisa. Necesitas un objetivo claro para dar forma al proceso. Tener un objetivo claro nos permite hacer las preguntas útiles a las personas adecuadas.
De igual forma, la motivación como la esperanza, surge de la combinación de un resultado claro y deseado. El floreciente campo de la psicología positiva ha cambiado muchas viejas suposiciones, descubriendo que los humanos no son impulsados únicamente por su pasado, sino que en realidad son atraídos por sus propias visiones del futuro, un concepto al que los psicólogos se refieren como “prospección”.
En pocas palabras, tu comportamiento en el presente está determinado en gran medida por tu visión de tu futuro. Si tu futuro es claro, emocionante y algo que creas que puedes construir, entonces tu comportamiento en el presente lo reflejará.
Tu “futuro yo” no es alguien que descubres, sino alguien que decides ser.
Paso 3.- Actualiza tu narrativa de identidad
La identidad es mucho más poderosa que la personalidad. La identidad impulsa los comportamientos, que con el tiempo se convierten en personalidad. Tu personalidad, la suma de tus actitudes y comportamientos consistentes, es simplemente un subproducto de la identidad.
Tu narrativa de identidad es la historia que cuentas sobre ti mismo: pasado, presente y futuro. Si tu identidad está arraigada solo en tu pasado y presente, esa mentalidad fija puede hacer que la personalidad se sienta estancada e inamovible.
Por supuesto, esto requiere decisión, determinación y valentía. Es mucho más fácil decir simplemente: “esto es lo que soy”, a decir públicamente “esto es lo que quiero ser”, es arriesgado, ya que no tienes garantizado el éxito. Pero también es la única forma de ser intencional sobre en quién te conviertes.
Decirle a la gente quién quieres ser es increíblemente poderoso porque te obligará a hacer que tu comportamiento sea consistente con tu nueva historia. Si su narrativa de identidad está arraigada en el pasado, tu pasado determinará tu comportamiento. Pero si decides intencionalmente quién serás en el futuro y encuentras la manera de compartir esa visión con los demás, se vuelve posible transformarse activamente en ese yo futuro deseado.
Es importante ser definido no por el presente, sino por lo que quieres ser. Todos estamos en un estado constante de devenir. Por lo tanto, permite que tu futuro ideal y optimista sea lo que prediga tu comportamiento actual.
Tu comportamiento te indica el tipo de persona que crees que eres, solidificando tu identidad y eventualmente convirtiéndote en tu personalidad. Es tu comportamiento lo que crea tu personalidad, no al revés.
Entonces, ¿quién quieres ser? Empieza definiendo eso.
Acepta la incertidumbre y el cambio. Acepta el aprendizaje y el fracaso. No te definas por el “ahora”, sino por las infinitas posibilidades del futuro.
David Martínez
RMR Consultores
david@rmr.mx