El enojo es una emoción fuerte que algunas personas tienden a evadir o evitar. Es probable que en algunas ocasiones a lo largo de tu vida hayas recibido mensajes de que enojarse es malo o está mal. Quizás te enseñaron que el enojo solamente sirve para dañar relaciones y solamente produce sensación de abandono. Inclusive, puede ser que te encuentres en el lado receptor del enojo de otra persona y esto te ha provocado inseguridades o miedo.
Entender el enojo te permite desarrollar una perspectiva más sana de esta emoción. Cuando el enojo es expresado de forma apropiada, puede mejorar una situación o relación.
Te invito a reconocer que el enojo es un tipo de emoción y sentimiento como también existe la felicidad y la tristeza por mencionar algunas. Toda emoción te da una pista, te comunica cómo te sientes y te informa el tipo de experiencia que estás viviendo. Las emociones no son buenas ni malas, simplemente son. La diferencia radica en qué decides hacer con esa emoción y cómo respondes a ella.
Por último, te recomiendo hacer conciencia de cómo decides expresar el enojo. El cómo puede ser negativo o positivo, destruye o construye. Expresar lo que te incomoda y molesta puede ayudarte siempre y cuando no lastimes a la persona con quien quieras resolver esta sensación de incomodidad o molestia. Antes de tener una conversación con esa persona, puedes practicar ejercicios de respiración, salir a correr o hacer alguna actividad física para despejar la mente o practicar alguna forma de arte. La claridad mental es clave para transformar cómo entendemos el enojo.