Es curioso, pero sabemos muy poco de los proceso e impactos ambientales que tienen los productos que compramos al momento de producirlos. En esta ocasión me llamó mucho la atención como hace semanas circuló en las redes información sobre unas montañas de ropa que están en Ghana, África, la cual se está convirtiendo en vertedero de los países ricos.
Es una tristeza visualizar esas imágenes y saber cómo seguimos actuando de una manera egoísta con los países que son vulnerables, que tienen muchas necesidades en cuanto alimentación, acceso al agua y una vida digna. Según Índice de Desarrollo Humano o IDH, que elabora las Naciones Unidas para medir el progreso de un país y que en definitiva nos muestra el nivel de vida de sus habitantes, indica que los ghaneses tienen una mala calidad de vida, el 24,2% de la población del país vive por debajo del umbral de pobreza.
Como ven aún con todo lo que están sufriendo en ese lugar, todavía tienen que hacerse cargo de los desechos que otros países generan y que no desean hacerse cargo de la correcta gestión integral de sus residuos. Cada semana llegan Hasta quince millones de prendas usadas a Ghana.
Sin embargo, vamos a ver un poco más a profundidad este asunto; la industria de la ropa como todas las empresas que producen los artículos que nosotros consumimos, tienen un papel importante en la contaminación que generan y los impactos ambientales que tienen sus productos, ¿Entonces porque no se hacen cargo de disponer correctamente de ellos?; éstas deberían integrar dentro de sus procesos, recibir sus productos una vez que ya los utilizamos para proceder a su reutilización, en pocas palabras caminar hacia un Economía Circular que tanto está necesitando el planeta.
Según Greenpeace, la producción de ropa representa el 10% de las emisiones de CO2 a nivel global, el equivalente a lo que libera la Unión Europea por sí sola. La contaminación que genera la producción de ropa alcanza también a la tierra y el agua. Y no solo su fabricación, ¡incluso lavar la ropa desemboca en un aproximado de 500 mil toneladas de microplásticos al año en los océanos! Se estima que el 73% de la ropa producida anualmente termina en basureros, lo que contribuye a la contaminación terrestre y atmosférica.
Además, la producción textil utiliza mucha agua, para elaborar una sola camiseta de algodón, las estimaciones indican que se necesitan 2.700 litros de agua dulce: la cantidad de agua que una persona bebe en dos años y medio, por consiguiente, a través de los tintes y los productos de acabado, es responsable de aproximadamente el 20 % de la contaminación mundial de agua potable.
Entonces, ¿Qué se puede hacer?
Una solución al problema es caminar hacia una economía circular. La cual nos ayudará a cambiar la forma en que el mundo piensa acerca de los desechos, y apuntar a modificar la forma en que diseñamos y hacemos las cosas, con esto podríamos reducir las emisiones de dióxido de carbono, los costos de atención médica y los materiales que se tiran o incineran como desechos.
Lic. Pamela Ibarra Dávila
Docente y Presidenta de Cultura Verde Amor por el Planeta A.C
@culturaverdeac