Columna Contra las cuerdas
Del frente de gobernadores que en 2019 emprendieron una batalla en contra del gobierno de la 4T en busca de restarle poder a López Obrador, sólo quedan Silvano Aureoles, de Michoacán, y su banquito con el que hizo antesala afuera de Palacio Nacional o viaja por el mundo para revelar ante organismos internacionales información confidencial del pasado proceso electoral.
López Obrador se ha encargado de aplacar la rebelión de forma astuta, con un traje hecho a la medida de cada uno de la alianza opositora para desmembrar el agrupamiento de 10 mandatarios estatales que intentaron ponerlo contra las cuerdas con el objetivo de obligarlo a cambiar su plan de gobierno basado en el reparto de dádivas sociales mediante el modelo de superdelegados con presencia en cada entidad.
Andrés Manuel no es Vicente Fox, quien desde el arranque de su gobierno fue reprimido por una horda de gobernadores de todos los partidos de oposición, supuestamente para encontrar opciones a problemas comunes obteniendo como logro más de 300 acuerdos y recursos por consenso en diferentes temáticas, pero lo más importante: excedentes petroleros en medio de un nuevo boom de extracción nacional de crudo. Se habla de más de 420 mil millones de pesos redistribuidos y ejercidos en total opacidad por los mandatarios.
Visto por la 4T, ahí inició un libertinaje que dio manga ancha a la consolidación de cacicazgos en cada estado de la República. El plan lopezobradorista es desterrarlos y conquistar con su partido cada una de las plazas estatales. El camino de López Obrador es diferente al destino de Fox, porque el tabasqueño logró dividir a la oposición al hacerse del apoyo de los gobernadores del PRI desde la implementación del polémico Insabi para desaparecer el Seguro Popular.
Se hizo del respaldo de 18 mandatarios (11 del PRI, seis de Morena y uno del PES). El PRI pasó 2018 moribundo, a pesar de la población que aún gobernaba y Alito Moreno, presidente del partido tricolor, era más cercano a Palacio Nacional que cualquier mandatario morenista.
Prácticamente López Obrador dio este fin de semana el “tiro de gracia” a la alianza federalista de sólo 10 gobernadores del PAN, PRD, MC e independiente, al enfrentar a dos mandatarios que, ya de por sí, tenían un pie fuera del frente al eliminar del reparto de agua a Guanajuato, gobernado por el panista Diego Sinhue Rodríguez, y favorecer a Jalisco, bajo la administración de Enrique Alfaro, cuya alianza seguro tronará y quien tiene nueva relación con el Presidente como destacamos en la entrega de ayer: Dante inquieta al Presidente (https://bit.ly/3xJC0oI).
También están fuera y sin moverse Francisco Cabeza de Vaca, Tamaulipas; Jaime Rodríguez Calderón. NL; Ignacio Peralta, Colima; Javier Corral, Chihuahua (terminó elogiando el liderazgo de AMLO); Miguel Riquelme, Coahuila; José Rosas Aispuro, Durango, y Martín Orozco, Aguascalientes. De este bloque, cinco soñaban con la presidencia, pero cuatro llegan al final de su mandato acabados. Sólo uno tiene oxígeno, por eso el Presidente ya lo apapacha después de maltratarlo tres años. Silvano se queda solitario en la lucha y AMLO teje su estrategia cada día de cara a 2024.
Uppercut: De mil escuelas que hay en Tamaulipas, 330 no tienen tuberías para el suministro de agua potable ni cableado eléctrico, porque alguien se las robó en pandemia para venderlas como fierro viejo.