Actualmente, la relación de la Sociedad-Naturaleza es un aspecto tan importante y a la vez tan lejano, ya que hemos visto como nosotros mismos atentamos contra ella día con día (provocando incendios, talando árboles, arrojando basura a las calles), sin darnos cuenta que eso tendrá un karma negativo hacia nosotros mismos en poco tiempo.
La naturaleza ha sido objeto de uso, apropiación y explotación para el ser humano y para la sociedad y esto ha impactado de manera negativa en las condiciones de los recursos naturales necesarios para la vida. Sin embargo, parte de esa explotación es porque nos sentimos dueños de la naturaleza, cuando deberíamos entender que solo somos invitados a presenciar y agradecer las bellezas que nos da cada día nuestra madre tierra.
Como sabemos el ser humano está dotado de inteligencia y por ende debe entender que cualquier daño que ocasiona a la naturaleza, significa un peligro para el mismo. Debemos estar conscientes de que, con nuestras acciones que realizamos día con día, como, por ejemplo: destrucción de áreas verdes, tala de bosques, aniquilación biológica, desperdicio del agua, no estamos dejando que el planeta se recupere por sí solo.
El ritmo al que desaparecen animales y plantas es hoy miles de veces superior al de los últimos 500 millones de años y, si no lo remediamos, dentro de un siglo habremos acabado con el 67% de la fauna en peligro de extinción y un 99,9% estará gravemente amenazada, según pronostica la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El daño sería tan devastador que la Tierra necesitaría de 3 a 5 millones de años para recuperarse de la sexta extinción masiva de la historia (la primera provocada por el hombre), tal y como aseguraba en 2018 un estudio de la Universidad de Aarhus en Dinamarca.
Derivado de estas problemáticas que estamos viviendo, es importante, redoblar esfuerzos de manera conjunta y buscar soluciones para cuidar a la naturaleza. Algunas de ellas pueden ser:
Respetar nuestras áreas verdes: Estas se convierten en auténticos pulmones que ayudan a reducir la contaminación del aire, reducen las altas temperaturas y aumenta la conciencia ambiental de los ciudadanos.
Debemos plantar árboles nativos: Ya que estos son de gran ayuda para la conservación de los suelos, son fuentes de alimento a la fauna nativa y además protegen las fuentes de agua.
No arrojar colillas de cigarro: Estas provocan incendios y además contaminan nuestros entornos con las sustancias tóxicas que contiene la colilla de cigarro.
Llena tu casa de árboles, flores y plantas: Ya que estas producen oxígeno y son esenciales para la naturaleza.
Cuida el agua: Su existencia garantiza la abundancia de las especies y sus ecosistemas, por ello ninguna acción sobra cuando se trata de cuidar el agua.
Nuestros hijos y jóvenes merecen que hagamos este cambio de hábitos y trabajemos de manera conjunta en la protección de nuestra casa común (el planeta).
Lic. Pamela Ibarra Dávila
Docente y Presidente de Cultura Verde Amor por el Planeta A.C.