Columna Desde la Polis
Creo que no habrá sorpresa en la elección a gobernador. Lo que no alcanzo a dilucidar es el margen con el cual, el próximo mandatario, se impondrá frente a sus competidores. Este último aspecto es fundamental, pues permitirá -o no- al próximo gobierno entrar con toda la energía a enfrentar los problemas que tanto afectan a Sonora. Existen tres tipos de legitimidad: la de un triunfo real (frente a uno fraudulento), la de un triunfo holgado (como AMLO 2018) y finalmente, la que se construye con resultados, conforme avanza la administración.
Para que el próximo gobernador triunfe de manera holgada, tenemos que considerar algunas condiciones previas.
Primero: Se tendrían que elegir a candidatos(as) presentables, dinámicos y que puedan entusiasmar con su discurso, narrativa y propuestas. Desafortunadamente, en la aun distorsionada tradición política local, siguen teniendo peso los “cuadros históricos” dentro de los partidos, aunque su rol fuera el de tronar matracas o movilizar acarreados. Si el partido del próximo gobernador logra brincar las trampas de candidatos -a alcaldías y diputaciones- mediocres, entonces ellos sin duda sumarán al margen de la victoria. Ayuda que las propuestas prianistas son de poca calidad, tanto para las diputaciones locales como para las alcaldías… pero creo que la ciudadanía está harta de elegir entre lo menos malo y urge, por lo tanto, que el próximo paquete político que presente el partido del próximo gobernador, sea de calidad reconocible.
Segundo: Sin duda se tendrá que tener muy bien afinada la famosa maquinaria de la “operación” electoral y aquí son determinantes las estructuras para la movilización y defensa del voto. La ortodoxia clásica nos indicaba que el PRI y el PAN tenían un dominio absoluto sobre estas artes oscuras, pero el 2018 demostró que las “líderes de barrio” a las que pagaron para llevar votos, se llevaron el dinero muertas de la risa y finalmente los sufragios fueron a dar con el tabasqueño. No obstante este último episodio, hay que recordar que si bien la popularidad del presidente es el factor determinante en esta elección, él no estará en la boleta y por lo tanto, la experiencia prianista el día de la elección deberá encontrar en su contraparte morenista, eficiencia y orden.
Tercero: Existe un amplio margen de indecisos entre quienes votarán; se habla -conservadoramente- de una cuarta parte de electores. En su momento les dediqué un artículo: “Los inmumes”, pues están vacunados ante los mensajes tradicionales de los partidos y sus principales políticos. Sin embargo, estos sonorenses sí podrían ser conquistados por interlocutores que ellos respeten… y que inequívocamente vendrían de la ciudadanía. Por más que el frente prianista ha intentado infructuosamente hacerle creer a la sociedad que no se trata de una alianza entre los de siempre y que es una unión dedicada a los ciudadanos, supongo ya comienzan a aceptar que ese plan electorero falló por ser flagrantemente inverosímil. Si este esquema de mensajeros ciudadanos es activado y apoyado en serio por el equipo del candidato puntero, sería un garrotazo fulminante ante las demás ofertas políticas. De paso, esto ayudaría a que las campañas salgan del tono aburrido que hoy predomina.
Quién puede y quién no puede
Hace algunas semanas, el candidato del Prian acudió a una entrevista y cuando le pidieron su opinión sobre la saliente administración estatal, se rehusó a darla. Cuando se le preguntó sobre los indicios de corrupción e incapacidad, su reacción es fue misma. La gran cruz con la que carga ese proyecto político, no es el peso muerto del PAN, sino la imposibilidad total de desconectarse de este gobierno que falló. O no quieren hacerlo o no pueden; pero para todos los efectos terminan siendo una opción política predestinada a fracasar por ese vínculo. Estamos despidiendo a un gobierno que aparentemente se indigna porque se le critican bacanales (en plena pandemia) pero que ni chista ante las críticas torrenciales por falta de resultados. Y el proyecto de la alianza se integra por esa misma clase política.
Hace poco desayuné con el candidato de MC y cuando le pregunté si ha predominado una hegemonía de poder económico a través de la política, encabezada por Beltrones, durante tres décadas… respondió que no, que esto es un mito. Posteriormente, cuando hablamos del tema de prevención ante la inseguridad y sobre todo del trabajo para sanear la profunda problemática en la procuración e impartición de justicia… él lo redujo a una cuestión presupuestal. Esta opción política tenía en la teoría todo para ser una sorpresa en campaña, pero un desconocimiento de temas centrales así como la atención a asesorías propagandísticas frívolas y vacías, ha impedido que ello suceda.
Luego entonces, el próximo gobernador tendrá que responderle sólo a dos figuras: durante tres años, al actual presidente de México y durante todo el sexenio, a los sonorenses. El no llegar como títere genera la gran oportunidad de lograr cosas, pero apareja la profunda responsabilidad de no achicarse frente a ella y de rodearse (pero en serio) de lo mejor para gobernar con, para y por la gente. Que así sea.
Mis más sentidas condolencias a los familiares de las personas que fallecieron en el accidente aéreo el día de ayer. Que descansen en paz.
El autor es Presidente Fundador de CREAMOS México A.C. y especialista en políticas públicas por la Universidad de Harvard. jesus@creamosmexico.org
Jesús Manuel Acuña Méndez
@AcunaMendez