Primera Parte
Serie: A un año de la pandemia, ¿ahora qué?
Recuerdo que de niña la curiosidad era parte de mi vida diaria, de mi aprendizaje, como cuando iba a un rancho o al campo y corría hacia las vacas o a las gallinas para verlas, o a un gran árbol para subirme. Era algo que no necesitaba pensarlo, simplemente, me nacía hacerlo. La sensación era de entusiasmo, de libertad y de alegría; de interés; entonces observaba con asombro, aprendía del comportamiento y conducta de los animales. Y, aunque tuviera que hacer un esfuerzo físico para subirme al árbol, por mi mente no pasaba si sería capaz de lograrlo, simplemente me subía (sonrío alegremente y mi rostro brilla solo de recordar esa sensación). No había límites.
Hoy en día, sé que no puedo correr a todos lados libre como me gustaría, que hay situaciones de peligro o riesgo que fácilmente puedo identificar, sin embargo, si profundizo un poco, en muchos otros casos no corro libre aun cuando no existan elementos que me indiquen que hay un riesgo importante por asumir. Me doy cuenta que son mis propios pensamientos, mis temores, los que me limitan. Sus orígenes podrían ser por una mala experiencia vivida, por “el qué van a decir”, “por sí esto o el otro, “el por qué a mí”, ”el por qué yo”. En fin, ¡tantos pensamientos y preguntas inconscientes que afloran! y que tienen la función de “protegerme”. Si lo pienso bien, esos pensamientos en lo que no hay elementos contundentes, más bien me limitan.
Actualmente, formo parte de un programa de liderazgo y estudiamos las 15 Leyes del Crecimiento según John C. Maxwell. ¿Y qué crees? Una de ellas es la curiosidad. En este sentido, como escritor y conferencista de liderazgo, hace referencia a que hacernos preguntas es una buena práctica. En específico, nos sugiere que en lugar de preguntarnos: ¿por qué? ante las situaciones de la vida, sería mejor preguntarnos: ¿por qué no? Ya que la primera suele llevarnos a la victimización; en cambio, la segunda, a retarnos, entusiasmarnos y pensar en el ¿cómo sí?, y en soluciones y respuestas.
En mi experiencia de las sesiones de coaching, cuando te preguntas ¿por qué no? te desconectas automáticamente de la parte más primitiva del cerebro (reptiliano), desde donde reaccionas a estímulos o pensamientos, y en su lugar, imaginas, creas y accionas conservando el timón de la barca de tu vida ¿ves la gran diferencia? He aquí a relevancia de hacerte las preguntas correctas, vs. las incorrectas que solo llevan a perderte de lo imperdible que es vivir.
Por otra parte, el temor a equivocarnos pudiera ser una limitante para ser curiosos. Mi padre (quién me llevaba a esos viajes a los pueblos y al monte), entre sus frases sabias, me decía, que solo los que no hacían nada, nunca se equivocaban. Y, es verdad, vivir en la zona de confort es cómodo, pero es solo en la zona de aprendizaje donde se crece y se adquieren nuevas habilidades ¿A poco no es estimulante reconocerlo? El error y la equivocación definitivamente tendrían que dejar de ser palabras negativas porque de ellos se aprende, y siendo este el caso, equivocarte es lo mejor que te puede pasar una vez que estás dispuesto a adquirir un nuevo conocimiento y aplicarlo cada vez más rápido sin juicios o temores absurdos.
Por último, los primeros filósofos, tales como Platón, intentando explicar la filosofía decían: “El asombro es el comienzo de la sabiduría pues antecede al deseo del conocimiento y también lo posibilita”. A un año del inicio de la pandemia, nos encontramos ante la posibilidad de un nuevo comienzo, de asombrarnos, de crear una nueva historia. ¿No sería fabuloso imaginar esta historia, no desde el temor, sino desde el amor e interés genuino por tu vida?
En este punto me gustaría preguntarte:
1. ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste así, libre, feliz, curioso, interesado? Si es reciente, felicidades, si no, pasa a la siguiente pregunta jeje.
2. ¿Qué te ha impedido correr libre, curioso, como solías hacerlo?
3. ¿Qué preguntas necesitas hacerte para salir de donde te encuentras, curiosear por aquí por allá y acullá para aprender y abrirte a la vida?
4. ¿No te emociona el hecho de saber que eres tú mismo quién tiene el poder de escribir la siguiente parte de la historia de tu vida y que solo de ti depende, independientemente de las circunstancias?
Cuando tu corazón quiere ayudar, trascender, salir adelante por ti y por los que amas, lo mejor que puedes hacer es aprender, crecer, estar dispuesto a equivocarte, y maravillarte del mundo en que vivimos viendo las oportunidades que están en todos lados.
Te espero en la segunda parte del tema y luego una tercera con un enfoque y aplicación completamente empresarial.
¡Bendecido jueves!
Lic. Lizett Valenzuela Rodríguez
Coach de bienestar integral y empresarial
¿En qué te puedo ayudar?
Coach.lizett@gmail.com
Fb e Insta: coach.lizett
Nota: los comentarios de este escrito no pretenden promover el descuido del seguimiento de las medidas de prevención contra el covid.