El triunfo de los Dodgers de Los Ángeles ayer en el Juego 6 de la Serie Mundial tuvo como participes a dos peloteros mexicanos: Julio Urías y Víctor González.
Con esta victoria fresca en nuestra mente, es preciso recordar a los otros 10 beisbolistas nacidos en tierra azteca que lograron ganar título del Clásico de Otoño en las Ligas Mayores.
El primero en lograr esta hazaña fue Horacio Piña en 1973, jugando para los Atléticos de Oakland, participando en la serie ante los Mets de Nueva York. El coahuilense lanzó en dos partidos, con tres entradas en las que permitió dos carreras limpias, seis hits y otorgó dos bases por bolas.
Le siguió el oriundo de Santa Rosalía, Baja California Sur Enrique Romo, en 1979, vistiendo el uniforme de los Piratas de Pittsburgh y apareciendo en par de encuentros, sumando cuatro entradas y dos tercios de actividad, recibiendo cinco hits, par de anotaciones, regalando tres bases por bolas y cuatro ponches a los bateadores de los Orioles de Baltimore.
Fernando Valenzuela sería el próximo, en aquel inolvidable título que Dodgers le ganó a los Yanquis de Nueva York. El ‘Toro de Etchohuaquila’ fue el encargado de abrir el tercero de la Serie Mundial, donde trabajó la ruta completa, permitiendo nueve hits, cuatro carreras, además de otorgar siete pasaportes y seis chocolates.
Aurelio López en 1984 hizo lo propio en 1984 con los Tigres de Detroit. El poblano subió a la loma de los disparos en dos ocasiones, acumulando tres innings de labor, recibiendo solo un hit, dando una base por bolas y cuatro ponches. Se llevó la victoria en el quinto de la serie ante los Padres de San Diego.
Un año después, Jorge Orta se convirtió en el primer bateador mexicano en llevarse la Serie Mundial. Lo hizo con la franela de los Reales de Kansas City, que se enfrentaron a los Cardenales de San Luis. El mazatleco jugó tres partidos, con tres apariciones al bat y un imparable.
Cabe mencionar que Orta protagonizó una de las jugadas más controversiales en la historia de la Serie Mundial, según Sports Illustrated, pues en ese Clásico de 1985, entrando como emergente bateó un rodado que el umpire decretó como safe, pero que dejó la duda por lo cerrado de la jugado.
Tuvieron que pasar 16 años para que otro pelotero azteca se coronara. Fue el hermosillense Erubiel Durazo, quien jugaba con los Diamondbacks de Arizona, quienes se impusieron a los Yanquis en 2001. El infielder y bateador designado acumuló 11 turnos al bat en los cuatro juegos en los que participó, con cuatro imparables, una carrera remolcada, negociando tres pasaportes y ponchándose en cuatro ocasiones.
En 2002, Benjamín Gil, oriundo de Tijuana, se coronó con los Angels, en ese entonces de Anaheim, al imponerse a los Gigantes de San Francisco. Tuvo cinco apariciones como bateador emergente, donde logró conectar cuatro hits, anotó una carrera, y un ponche.
Con los Yanquis en 2009, Alfredo Aceves ganó la Serie Mundial. El ex lanzador nacido en San Luis Río Colorado tuvo únicamente una aparición ante los Filis de Filadelfia, en la cual trabajó dos entradas, permitió un hit y recetó un chocolate.
En 2011, los Cardenales de San Luis se impusieron a los Rangers de Texas, y en la plantilla se encontraban Jaime García y Fernando Salas.
El abridor tamaulipeco era una pieza importante de la rotación de Cardenales, y tuvo dos aperturas, una muy diferente de la otra. En la primera, trabajó siete innings, en los que no permitió carrera, tres imparables, una base por bolas regalada y siete ponches, aunque se fue sin decisión. Para el segundo, solamente llegó a la tercera entrada, al recibir dos carreras y cinco hits, otorgando dos pasaportes y tres chocolates.
Por su parte, el relevista nacido en Huatabampo tuvo cuatro participaciones en ese Clásico de Otoño, acumulando tres entradas y dos tercios laborados y permitiendo siete hits y cinco anotaciones, tres de ellas limpias, además de tres bases por bolas y cuatro ponches.
Cabe mencionar que en total, 17 mexicanos, contando a Urías y González, han tenido la oportunidad de jugar una Serie Mundial, aunque Roberto Ávila en 1954 con Indios de Cleveland, Aurelio Rodríguez en 1981 y Karim García en 2003 con los Yanquis, el mismo Urías con Dodgers en 2018 y Roberto Osuna y José Urquidy con Astros de Houston en 2019, se fueron con las manos vacías.