La bebé Ariadne, de 2 años, padecía graves problemas de salud sin que la familia supiera a ciencia cierta el tipo de enfermedad. Después de largos meses de andar de doctor en doctor y de que en octubre de 2019 por fin fuera recibida en el Hospital General Siglo XXI del IMSS, sus padres todavía esperaron semanas antes de recibir un diagnóstico confiable. Al tenerlo en sus manos no dudaron en autorizar al cuerpo médico que Ariadne fuese sometida a trasplante. Su papá sería el donante. La programación estaba prevista para marzo de 2020, pero vino la pandemia y tuvo que cancelarse la operación porque el hospital se habilitó para atender pacientes con Covid-19. Cinco meses después, la pequeña sigue esperando fecha para ser intervenida.
El drama de la menor es el de 23 mil 446 personas que necesitan recibir un trasplante hoy en día, de acuerdo con Cenatra, banco de información de la Secretaría de Salud:
17 mil 413 esperan un riñón.
5 mil 646 una córnea.
323 un hígado.
50 un corazón.
“Nos hemos movido para ver si nos dan fecha. Nos dicen que puede ser en septiembre, pero una fecha exacta de cuándo será la cirugía no la tenemos. Tuvimos una junta con la directora Rocío de Siglo XXI y nos comentó que si no existe otra urgencia puede ser que un hospital del IMSS de Guadalajara toque turno a mi pequeña. ¡Ay, mi pobre Ariadne! Ha sido muy fuerte, señor”, me dijo desconsolada Reyna Jeniffer Cote Sánchez, madre de la niña.
“De hecho, otro bebé, Rodriguito, junto con sus padres han vivido el mismo viacrucis que nosotros. Los doctores prometieron hacerle el trasplante –de hígado también– este martes 18 de agosto porque ya tiene sangrados graves”, agrega.
Así han sido los trasplantes en 2019 y 2020 y se presentan de esta forma para que tenga una idea clara sobre cómo golpeó la pandemia a esta alta especialidad de la ciencia y la medicina:
En total hubo 7 mil 74 trasplantes el año pasado. Entre enero y julio de 2019 se dieron 4 mil 36. En ese mismo lapso en este año apenas llegamos a mil 577.
Por eso, la lista de enfermos que esperan ser trasplantados es larga y seguro podría ser mayor. En primer lugar, porque los números vienen aumentando año con año y porque debido a la pandemia en hospitales con esa especialidad tampoco se están brindando consultas para diagnosticar a pacientes que debido a su estado de salud necesitan con urgencia un trasplante y/o donación.
Seguro, muchos de ellos han muerto o están en riesgo de morir sin ser consultados hasta quién sabe cuándo. A los cuerpos de personas que mueren por causas diferentes al COVID–19 tampoco se les está haciendo la extracción de órganos.
La bebé Ariadne sigue a la espera de quirófano disponible, aunque ni siquiera requiere la extracción completa del órgano, pues le van a cortar un pedazo al de su papá para injertarlo a la nena con el propósito de que se regenere.
Uppercut: En esta columna nos centraremos con especial atención en los temas que autoridades federales tratan de ocultar de aquí a las elecciones de 2021 con información espectacular a partir del caso Emilio Lozoya. Habrá demasiada información al respecto circulando en redes o medios nacionales ya menos que sea algo muy exclusivo o revelador lo tocaremos. En este espacio no vamos a olvidarnos de los muertos y enfermos por COVID-19, del cuerpo médico, de las otras especialidades, ni del desempleo, la inseguridad, la caída económica, los megaproyectos y licitaciones amañadas y la otra corrupción, la del nuevo régimen presidencial.
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