Ginebra, 3 jul (EFE).- El número de casos globales confirmados de COVID-19 se situó hoy en más de 10.71 millones, mientras que los fallecidos son 517 mil 337, según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El número de infecciones diarias ronda hoy las 186 mil, con probabilidad superará al final del día el máximo de 190 mil nuevos casos registrado el pasado 28 de junio, y los fallecidos comunicados en la actual jornada son más de 4 mil 500.
América concentra más de la mitad de los casos globales, con 5.44 millones de contagios, siendo Estados Unidos el país más afectado en el planeta (2.67 millones), Brasil el segundo (cerca de un millón y medio de infecciones) y Perú el sexto (288 mil).
También se han registrado en el continente americano cerca de la mitad de los fallecidos, ya que en esa región han muerto por COVID-19 más de 255 mil personas.
Estados Unidos ha informado de más de 127 mil fallecidos, siendo también el primer país en la lista de decesos, mientras que Brasil es el segundo, con más de 60 mil, y México acaba de adelantar a España para situarse en el sexto lugar, con más de 28 mil fallecidos, según las cifras oficiales.
El dato positivo lo da el número de pacientes recuperados, un porcentaje cada vez mayor sobre el total, y que actualmente ronda el 60 por ciento (6.2 millones).
Además, pese al aumento de casos, aquellos de estado grave o crítico se mantiene estable en torno a los 57 mil, por lo que antes representaban el dos por ciento del total, pero ahora son sólo el uno por ciento.
Un equipo internacional de investigadores reveló en un nuevo estudio, publicado en la revista Cell, que una variación en el genoma viral del SARS-CoV-2 mejoró su capacidad de infectar células humanas, con lo cual se convirtió en la cepa dominante en el mundo en este momento.
Durante la investigación se descubrió que la nueva cepa es más infecciosa en cultivos celulares en condiciones de laboratorio. La mutación, llamada “D614G”, provoca un pequeño cambio en la glucoproteína, la llamada “espiga” que sobresale de la superficie del virus y que este utiliza para ingresar e infectar células humanas. Este cambio efectivo posibilita que el virus sea más infeccioso que la cepa original, pero al mismo tiempo causa una enfermedad menos grave.
Para sacar esas conclusiones, investigadores del Laboratorio Nacional de Los Alamos en Nuevo México y la Universidad de Duke en Carolina del Norte (EU) trabajaron junto con el grupo de investigación de Genomics UK de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) para analizar muestras de genoma publicadas en GISAID, una base de datos internacional de secuencias genómicas.
“Es posible rastrear la evolución del SARS-CoV-2 a nivel mundial porque los investigadores de todo el mundo están haciendo que sus datos de secuencias virales estén disponibles rápidamente a través de la base de datos de secuencias virales GISAID. Actualmente, decenas de miles de secuencias están disponibles a través de este proyecto, y esto nos permitió identificar la aparición de una variante que se ha convertido rápidamente en la forma dominante a nivel mundial”, explicó la autora principal del estudio, Bette Korber, del Laboratorio Nacional de Los Alamos.
La COVID-19 ha dejado más de 517 mil muertes en el mundo; suman 10.71 millones de contagios: OMS
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