La enfermedad de Kawasaki no es nueva, pero se ha empezado a hablar de ella estos días a raíz de varios casos de un extraño síndrome que se ha visto en niños y que podría relacionarse con el nuevo coronavirus.
La alarma saltaba el pasado domingo 26 de abril cuando la Sociedad Pediátrica de Cuidados Intensivos del Reino Unido (PICS) publicó en Twitter una “alerta urgente” en la que se informaba de un pequeño aumento en los casos de niños enfermos que presentaban “características superpuestas de síndrome de shock tóxico y enfermedad de Kawasaki atípica con parámetros sanguíneos”.
Días más tarde, se conocía que la Asociación Española de Pediatría (AEP) había enviado un comunicado a pediatras y otros médicos en el que se alertaba sobre casos de shock pediátrico en Reino Unido, Italia, Francia y Bégica. En el comunicado se informaba de la aparición “en las últimas dos semanas de un número de pacientes pediátricos, caracterizados por un cuadro inusual de dolor abdominal, acompañado de síntomas gastrointestinales (diarrea y/o vómitos), con aceptable estado general, pero que pueden evolucionar en pocas horas hacia un shock, con taquicardia e hipotensión, incluso en ausencia de fiebre”. “Además, suelen acompañarse de fiebre, eritrodermia e inyección conjuntival solapándose con dos posibles entidades como la enfermedad de Kawasaki y un síndrome de shock tóxico”.
Y ahora es cuando entra en escena el enemigo público número 1 del momento: el coronavirus. Resulta que algunos de los niños que habían presentado este extraño síndrome habían dado positivo a coronavirus pero otros no, por lo que aún no puede establecerse la asociación entre ambas patologías. En este sentido, el pasado martes el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, decía en rueda prensa lo siguiente: “Ahora mismo en un síndrome que se está viendo en algunos niños, algunos de ellos parecen haber estado infectados con el coronavirus y otros no. Por lo tanto, ahora mismo es complicado hacer una valoración de su asociación con una infección previa con coronavirus”.
La AEP, en otro comunicado, llamaba a la calma pues “el cuadro clínico del que se informa en esta comunicación profesional, es muy infrecuente, y se han descrito muy pocos casos en España. Gracias al modelo pediátrico español, por el que los pediatras de atención primaria son el primer contacto de los niños con la sanidad -muy bien formados y ya alertados de estos posibles cuadros-, ello nos permitiría actuar ante los primeros síntomas. Tal y como se ha puesto de manifiesto en la práctica clínica, seguimos insistiendo en que la gran mayoría de las ocasiones la COVID-19 cursa de forma leve en los niños”.
La enfermedad de Kawasaki
¿Y qué es la enfermedad de Kawasaki? Esta enfermedad rara que afecta a niños hace que se inflamen las paredes de los vasos sanguíneos: arterias, venas y capilares. Aunque la mayoría de pequeños que la contraen se recuperan por completo (existe tratamiento, principalmente farmacológico. En muy pocos casos se necesita cirugía), su complicación más temida es el aneurisma coronario, en el que se produce la dilatación de las arterias del corazón.
Se desconoce la causa de la enfermedad de Kawasaki pero, según la Fundación del Corazón, se sospecha que pueda existir un componente genético que hace que el sistema inmune reaccione de manera excesiva tras una infección provocada probablemente por un virus.
Los síntomas de la enfermedad de Kawasaki son: fiebre alta que dura más de cinco días, sarpullido, sobre todo en el torso, ganglios linfáticos inflamados, ojos rojos, y/o labios, garganta y lengua inflamados. También puede darse dolor abdominal. Y, a veces, descamación de manos y dedos.
El shock tóxico
El shock tóxico lo causa una toxina producida por algunos tipos de bacterias estafilococos. Es grave (puede ser mortal hasta en el 50% de los casos) y se presenta con fiebre, shock y problemas en varios órganos del cuerpo (insuficiencia renal, cardíaca y hepática).
Los síntomas de shock tóxico incluyen: confusión, diarrea, malestar general, dolores de cabeza, fiebre alta, acompañada en algunas ocasiones por escalofríos, presión arterial baja, dolores musculares, náuseas y vómitos, insuficiencia en órganos (generalmente los riñones y el hígado), enrojecimiento de ojos, boca y garganta, convulsiones y erupción roja y generalizada que se asemeja a una quemadura solar: la descamación de la piel ocurre 1 ó 2 semanas después de la erupción, especialmente en las palmas de las manos o las plantas de los pies.
¿Y cuáles son las causas? Los factores de riesgo incluyen el uso de tampones si no se cambian con frecuencia (los primeros casos de shock tóxico descritos se producían por esta causa), haber sido operado recientemente, la infección de una herida tras una cirugía, una infección por estafilococos, infecciones cutáneas, quemaduras, cuerpos extraños dentro del cuerpo y haber dado a luz recientemente.
El shock pediátrico que se ha observado
¿En qué consiste el extraño síndrome que puede acabar en shock observado en niños estos días? Se trata de una patología que presenta características de la enfermedad de Kawasaki y del shock tóxico.
“Los casos de shock en niños que están coincidiendo temporalmente con la epidemia de COVID-19 son muy infrecuentes; el cuadro clínico se caracteriza por fiebre, vómitos, inicialmente o puede debutar solo con dolor abdominal, exantema en la piel, los ojos enrojecidos y mal estado general. No sabemos aún la causa, pero puede estar desencadenado por infecciones bacterianas y tiene un tratamiento bien establecido independientemente del tipo de agente infeccioso que la cause”, puede leerse en el comunicado de la AEP emitido el 28 de abril. “Desde la AEP estamos procediendo a recopilar toda la información existente y con evidencia científica bien documentada en torno a este cuadro clínico pediátrico que se está describiendo en diferentes países”.
Como hemos comentado anteriormente, este shock pediátrico ha afectado a algunos niños que habían dado positivo a coronavirus haciéndoles la PCR (detecta ARN del virus), otros haciéndoles test serológico (detecta anticuerpos que el organismo ha desarrollado para luchar contra la enfermedad, lo que indica que la persona ha pasado la COVID-19) y otros eran negativos. Por lo tanto, aún no es posible establecer un vínculo entre el nuevo coronavirus y el shock pediátrico reportado estos días por varios países europeos.
Información tomada de www.muyinteresante.com