Por su adorable aspecto y su carácter inquieto, los hámsteres suelen llamar la atención y despertar mucha curiosidad, especialmente entre los más pequeños. No obstante, es importante informarnos bien si estamos valorando la tenencia este precioso animal, solo de esta forma podemos aprender a reconocer sus necesidades, comportamiento y características especiales.
Por ese motivo, si estás pensando en adoptar a un hámster como mascota o te interesa saber más sobre estos encantadores roedores, te invitamos a seguir leyendo este artículo de ExpertoAnimal para descubrir curiosidades sobre los hámsteres.
Existen varias especies de hámsteres
Aunque los hámsteres puedan resultar muy parecidos a simple vista, existen hasta 24 especies distintas. En la actualidad, las más populares como animal de compañía son: Hámster dorado, Hámster chino, Hámster ruso, Hámster Roborowskii.
Conocer las particularidades de cada especie es fundamental para saber proporcionar los cuidados apropiados. Además de la información que puedes encontrar consulta con un veterinario especializado en animales exóticos o pequeños mamíferos para aclarar tus posibles dudas e informarte mejor sobre los cuidados y las necesidades específicas de cada tipo de hámster.
Los hámsteres son muy propensos a padecer estrés
En estado silvestre, los hámsteres son presas fáciles para muchos depredadores, por este motivo se mantienen constantemente alertas y son capaces de reaccionar rápidamente ante cualquier peligro. Por ello, estos pequeños roedores son especialmente propensos a padecer estrés y requieren un ambiente muy positivo para sentirse cómodos y seguros.
El estrés en los hámsteres tiene muchas causas posibles, como el sedentarismo, una estimulación mental deficiente, una higiene insuficiente en su jaula, los déficits nutricionales y algunas patologías que provocan dolor o alteran sus sentidos. Por ello, es muy importante estar atento a los síntomas de estrés en los hámsteres y acudir rápidamente a un veterinario al reconocer cualquier alteración en la conducta o en el aspecto de tu mascota.
Tienen una esperanza de vida muy corta
Aunque la longevidad de un hámster varía según su raza, las condiciones de su ambiente y los cuidados proporcionados por su tutor, lo cierto es que estos pequeños roedores suelen tener una corta esperanza de vida. De forma general, se estima que un hámster puede vivir entre dos y cuatro años, aunque algunos individuos pueden alcanzar los cinco o seis años de edad.
Este es un aspecto muy importante a tener en cuenta antes de adoptar a un hámster como mascota, en especial cuando nos lo ha pedido un niño. Aunque estos roedores suelan requerir cuidados más sencillos en relación a su salud y bienestar, no podrán acompañarnos tanto tiempo como un gato o un perro, por ejemplo.
Las hembras pueden comerse a las crías que consideran débiles
El canibalismo animal ha sido motivo de numerosas investigaciones científicas y, aún actualmente, no es posible afirmar con total seguridad cuáles son las causas exactas de este comportamiento observado en diversas especies. En los hámsteres, este fenómeno despierta especial curiosidad y preocupación, pero de forma general, podemos afirmar que se debe a que la progenitora las considera débiles o incapaces de sobrevivir.
No obstante, también existen otras causas posibles para este comportamiento, como el estrés de alimentar y criar camadas muy grandes, los déficits nutricionales, la presencia de machos en la jaula, la falta de espacio o el hecho que alguna cría nazca demasiado lejos del nido.
Podemos saber el sexo de un hámster mirando su cola
Difícilmente podemos diferenciar un hámster macho de una hembra con solo mirar su aspecto, pero saber el sexo de tu roedor es más fácil de lo que te imaginas. El principal método consiste en observar la zona perianal del roedor, que está justo debajo de su cola, y ejercer una leve presión para separar el pelo de la piel. En los machos, esta región es más protuberante que en las hembras, gracias a la presencia de los testículos, además observamos que la distancia entre el ano y la papila genital (pene) es más grande. No obstante, también podemos guiarnos por la glándula umbilical para ayudar a determinar el sexo de nuestros hámsteres. Los machos presentan un “ombligo” más visible que las hembras.
No obstante, lo ideal es esperar a que el hámster alcance su madurez sexual para poder determinar su sexo con seguridad. Por lo general, estos pequeños roedores maduran y se tornan sexualmente activos con mucha rapidez. Pasados 30 a 50 días después de su nacimiento, los hámsteres ya estarán preparados para aparearse y generar sus propios descendientes. Por ello, es muy importante ser consciente con respecto al control reproductivo de nuestros hámsteres. Para evitar camadas indeseadas, lo mejor es mantener machos y hembras en espacios separados.
Sus dientes jamás dejan de crecer
Los dientes de los hámsters, así como de otros roedores, jamás dejan de crecer, por ello, el animal necesita desgastarlos constantemente para mantener una longitud óptima y simétrica. En estado silvestre, los hámsteres se encargarían de buscar pequeños trozos de tronco o ramas de los árboles para mantener su dentición. No obstante, en el caso de los hámsteres domésticos, son los tutores quienes deben encargarse de ofrecer estos elementos a sus animales de compañía.
Por lo general, se recomienda ofrecer ramas orgánicas de árboles frutales a los roedores domésticos, pero lo ideal es consultar a tu veterinario de confianza sobre cómo suplir adecuadamente esta necesidad en tu hámster. También es muy importante asegurarte sobre el origen orgánico de las ramas que ofreces a tu mascota, ya que los pesticidas pueden intoxicar su organismo
Son animales crepusculares
Aunque varía ligeramente según la especie, la mayoría de hámsteres domésticos son nocturnos o crepusculares, por ese motivo, no es extraño observar que se mantienen especialmente activos al atardecer, durante la noche o por la mañana. Si nos fijamos, los hámsteres son poseedores de unos ojos especialmente grandes, dominados por bastones, células fotorreceptoras responsables de la visión cuando existe poca luminosidad en el ambiente.
Así pues, evita molestarles durante el día, cuando se encuentren durmiendo plácidamente, y dedícales más tiempo por la tarde o temprano por la mañana, cuando se produce el momento de máxima actividad.
Fuente: Experto Animal.com