Los delfines nariz de botella (Tursiops aduncus) o «spongers» forman sus amistades teniendo en cuenta los intereses comunes, según un estudio realizado por científicos de las universidades de Bristol, Zurich y Australia Occidental.
La investigación se llevó a cabo en Shark Bay, un área en Australia Occidental donde habitan estos icónicos mamíferos. Los científicos usaron datos de comportamiento, genéticos y fotográficos, recopilados durante los meses de invierno y en un periodo de nueve años (entre 2007 y 2015), reseñó la Vanguardia.
Los delfines observados (124) incluían a los llamados «spongers», unos animales que usan esponjas como herramientas, y otros que no lo son. Los expertos descubrieron que los «esponjas» pasan más tiempo intimando entre ellos, a diferencia de los que no son. Según los científicos, su amistad se fundamenta en esta habilidad en común, en lugar de otros factores.
Las hembras que usan esponjas marinas como herramientas a menudo se asocian con otras que utilizan poríferos. Saber usar las esponjas es un comportamiento socialmente aprendido, que lleva mucho tiempo, y que se transmite de madre-cría. Investigaciones anteriores revelaron una fuerte orientación femenina en la adopción de esta técnica.
Los machos utilizan esporádicamente las esponjas. El estudio muestra que los «spongers» masculinos se relacionan habitualmente con otros «spongers» independientemente de su nivel de parentesco. Los delfines esponja machos pasaron más tiempo buscando comida, y menos tiempo descansando y viajando, que los delfines sin esta habilidad.
Las esponjas marinas son considerados regalos para los delfines jorobados australianos. Un estudio publicado en Scientific Report demostró que los machos de esta especie les entregan a las hembras grandes esponjas marinas, como una forma de llamar su atención y lograr aparearse.
Simon Allen, coautor del estudio sobre los «delfines nariz de botella», indicó que aprender a usar la esponja es una actividad que requiere mucho tiempo y en gran medida solitaria, por ende durante mucho tiempo se pensó que era adverso con la necesidad de socializar de los delfines.
Sin embargo, esta investigación contradice esa hipótesis. “Los delfines machos en Shark Bay exhiben un fascinante sistema social de formación de alianzas anidadas”, manifestó Manuela Bizzozzer, autora principal del análisis. Según ella, estos vínculos fuertes entre delfines “pueden durar décadas” y son “fundamentales” para el éxito de su futuro apareamiento.
Fuente Revist EPets