El cáncer es una enfermedad que también afecta a las mascotas. Y, como sucede en las personas, tiene su tratamiento específico para los animales de compañía. La detección temprana es clave para un buen pronóstico y empezar a tratar al perro para que se recupere y las posibilidades de supervivencia sean mucho mayores. Con el fin de detectarlo lo antes posible, aquí vamos a explicar las señales a las que hay que prestar atención en la mascota.
Síntomas
Detectar un cáncer no siempre es fácil porque es una enfermedad que, habitualmente, no muestra síntomas evidentes, poniéndose de manifiesto cuando el tumor está ya bastante avanzado.
No obstante, siempre la primera alerta, en general, suele ser la detección de algún bulto en la mascota. Además, de forma habitual, este es el síntoma por el que se suele acudir a la consulta del veterinario.
Normalmente, este síntoma se reconoce por la aparición de los bultitos, que no suelen causar ningún dolor a la mascota, pero que se tienen que tener en cuenta por muy pequeños que sean. Sin embargo, este síntoma no siempre es tan evidente porque, a veces, el cáncer aparece en órganos internos y este bulto no es visible.
Cuando el cáncer es interno, es prácticamente imposible detectarlo a simple vista en la mascota por lo que se debe prestar atención a otra serie de señales que pueden hacer sospechar que el perro tiene esta enfermedad.
Dentro de ellos, por ejemplo, estaría la tos, que sobre todo está relacionado con aquellos casos en los que la mascota puede tener un cáncer de pulmón. Por el contrario, el cáncer de intestino o en el aparato digestivo está más asociado a una pérdida de peso o a la aparición de diarreas que, en muchas ocasiones, no tienen explicación.
A pesar de que estos síntomas y estos cánceres son los más habituales, sobre todo, en perros, también se deben tener en cuenta otras señales como la presencia de fiebre y un cierto estado de apatía en la mascota o como de letargo.
Evidentemente, estos síntomas no solo están asociados al cáncer porque también son indicios de la presencia de otras posibles patologías en el animal de compañía. Un motivo por el que, ante su detección, es necesario averiguar la causa que está tras estos síntomas y que el veterinario prescriba el tratamiento necesario cuanto antes para el cáncer o bien para la enfermedad que esté afectando a la mascota.
Fuente: Animal Mascota