Distantes, fríos, ariscos, huraños. Durante décadas los gatos soportaron todo tipo de acusaciones en su rol como mascotas. Había una comparación de por medio: “No es como el perro que…”
“El gato doméstico ha superado recientemente al perro como la mascota más popular en Europa, ya que son ideales para aquellos que trabajan por muchas horas. Estudios más viejos decían que los gatos desarrollaban el mismo nivel de ansiedad que los perros cuando sus dueños los dejaban, pero el nuestro demuestra que son mucho más independientes. Aparentemente lo que interpretábamos como ansiedad era en realidad frustración”, explicó Daniel Mills, líder de la investigación y profesor de comportamiento veterinario de la Universidad de Lincon.
Del cruce de información se hizo evidente que los felinos tendían a hacer más ruido cuando el propietario los dejaba con un desconocido, pero no pudieron encontrar prueba alguna que indicase que el nexo entre el gato y su dueño estuviese relacionado con la “búsqueda de seguridad”.
“Para los perros, los dueños representan un refugio de seguridad. Pero se hizo evidente que el gato doméstico es mucho más autónomo cuando se trata de enfrentar situaciones inusuales. Nuestro descubrimiento no contradice la noción de que los gatos desarrollan relaciones sociales cerradas, pero demuestra que no están basadas en la búsqueda de seguridad”, agregó Mills.