Son las cuatro de la mañana y Pedro se despierta para ir a clases, no importa si es invierno o verano, tampoco si llueve o relampaguea, con frío o calor deja su cama y sube a su silla de ruedas para comenzar el día. Permanecer dormido o rendirse nunca ha sido una opción.
Cuando nació, Pedro García Noriega fue diagnosticado con distrofia muscular de Becker, un padecimiento deteriorativo que con el paso del tiempo provoca la pérdida de movilidad y para ello no hay cura alguna.
Le encanta leer, conocer, descubrir, aprender. Su condición física no lo define y nunca se ha sentido incapaz de lograr algo, por lo que comenzó a estudiar la Licenciatura en Psicología en la Universidad de Sonora.
“Me encanta jugar al ajedrez, me gusta sacar mucho a mi perrito a pasear, me encanta. Lo amarro a la silla y me lo llevo, es muy educado, me atoro en un hoyo y me jala y me saca del hoyo”, dice Pedro.
“Me gusta mucho leer, ahorita estoy leyendo ‘La historia del loco’, me encanta todo lo que tenga que ver con la lectura”, añade.
Continúa, “creo que los sueños o proyectos que me motivan es ser psicólogo forense, me gusta todo lo relacionado con la psicología forense como el lenguaje corporal, no verbal, las expresiones, trastornos, patologías”.
Habla de lo importante que es comenzar a hacer las cosas para después tenerlas, de la voluntad que se necesita para lograr los sueños y ser firme ante las adversidades que se convierten en una oportunidad de ser mejor.
“Considero que la mayoría de las personas dicen ‘el querer es poder’ y yo no creo que eso sea así realmente, porque uno muchas veces quiere ciertas cosas en particular y no las obtiene.
“Quieres esto, quieres lo otro, pero realmente no lo tienes. Entonces, yo considero que el hacer es poder, cuando uno trabaja con base a lo que quiere y dice ‘quiero esta cosa en particular’ o ‘quiero tener este conocimiento’ y empieza a hacerlo”, expresó Pedro.
Dice, “buscas, buscas, buscas, creas herramientas, creas posibilidades. Considero que eso es poder y que la vida es maravillosa independientemente de la situación en particular en la que te encuentres, se le puede ver el lado bonito”.
En el desarrollo de Pedro, la Universidad de Sonora ha tomado un gran papel como una institución educativa inclusiva y preocupada por sus estudiantes.
“No es como cualquier universidad”, dice Pedro, agrega que mientras en otras instituciones no se preocupan por construir rampas adecuadas y espacios inclusivos, en la UniSon han acudido en su ayuda cuando expresa que le es difícil cruzar por algún lugar o necesitar una rampa en las condiciones correctas para subir o bajar.
“Mi percepción de la UniSon es que es maravillosa, la verdad, he tenido la experiencia de andar en otras universidades y créeme que no son nada inclusivas, que hay una rampa… qué maravillosa rampa pero está demasiado inclinada”, mencionó.
“Aquí se preocupan, pero sobre todo, se ocupan de que una rampa sea accesible, para que se ubiquen las personas ciegas”.
“Es muy bonito que nos tomen en cuenta, la mayoría de las personas piensa que cuando eres discapacitado no tienes sueños, anhelos o proyectos y no deseas nada en la vida, porque son las creencias de nada”.
Sin embargo, no todo es fácil para Pedro cuando requiere llegar a la universidad. Cuenta que por cada ruta de camión en Hermosillo, hay solamente una unidad especial para discapacitados y cada una tiene apenas un espacio para silla de ruedas.
El hermano de él nació con la misma enfermedad y estudia una licenciatura distinta en la misma institución; Pedro sacrifica horas de sueño y se despierta antes para alcanzar el primer autobús, aunque esto signifique llegar dos horas antes de sus clases.
En el camino, se ha encontrado con operadores del transporte que le ayudan, le apoyan y hasta comparten sus números telefónicos para cuando se necesite, “ya voy en camino”, “¿estás esperando?”, “no te vayas, casi llego”, le mensajean.
“Particularmente hablando de los camioneros, son personas muy lindas. Tengo dificultades cuando me subo, necesito que me pongan el cinto y están pendientes de mí desde el momento que me subo hasta que me bajo” expresó Pedro.
“Siento que he creado un vínculo con ellos, me saludan por mi nombre, hay veces que no voy y me preguntan, incluso me dieron su número para mensajear”.
Comenta, “son personas que no tienen realmente la obligación, pero están al pendiente y eso de verdad lo agradezco”.
Actualmente, a sus 24 años, cursa el cuarto semestre en Psicología y busca especializarse para ser psicólogo forense.
El apoyo de su madre y sus tres hermanos, así como el de sus compañeros de clase, ha sido fundamental para continuar por el camino que espera lo lleve a cumplir todos sus sueños y metas.
Pedro sonríe antes y después de la entrevista. Bromea, pregunta, platica y nos hace saber que la actitud ante la vida es lo más importante, así como conocer tus propias limitaciones y no temer en pedir ayuda cuando es necesario.
Eso es todo Pedro!!!! Mi respeto y admiración por tu actitud y perseverancia, desde ya, eres un ejemplo de superación.
¡¡Felicidades!!
Agradecida con Dios por tu vida