Un gesto espontáneo de solidaridad convirtió un aparente “robo” en una de las escenas más conmovedoras de esta temporada navideña. En una plaza comercial de Mérida, Yucatán, un perrito en situación de calle se volvió viral luego de tomar un peluche de una tienda y provocar que clientes se unieran para pagar el juguete y regalárselo.
El hecho ocurrió mientras decenas de personas realizaban sus compras de fin de año. De manera sigilosa y con evidente timidez, el lomito ingresó a una tienda hasta que algo llamó su atención: un peluche suave. Sin dudarlo, lo tomó con el hocico y comenzó a caminar hacia la salida, escena que quedó registrada en un video difundido en redes sociales.
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Al percatarse de la situación, empleados y clientes interceptaron al animal. Lejos de reaccionar con violencia o llamar a seguridad, los testigos quedaron conmovidos al ver que el perrito no soltaba el juguete. Su expresión reflejaba nerviosismo, pero también una silenciosa insistencia por no quedarse solo en Navidad.
Fue entonces cuando varios clientes decidieron actuar. Entre desconocidos, comenzaron a juntar dinero para cubrir el costo del peluche y permitir que el can se lo llevara. El gesto, descrito por usuarios como un “cochinito solidario”, cambió por completo el rumbo de la historia.
En un segundo video que también circula en redes sociales, se observa la reacción del perrito al recibir su regalo. En lugar de huir asustado, comenzó a brincar y jugar con el peluche en medio de la plaza, moviendo la cola con entusiasmo y lanzando el juguete al aire, una escena que ha provocado lágrimas y miles de reacciones.
Los comentarios no tardaron en multiplicarse. “Por más personas así”, escribieron internautas que destacaron cómo pequeños actos de empatía pueden devolver la fe en la humanidad. Otros aprovecharon para visibilizar la situación de los perros en condición de calle durante las fiestas decembrinas, cuando el frío y la soledad se intensifican.
El video se ha convertido en un recordatorio de que, incluso en medio del consumismo navideño, la compasión puede abrirse paso y transformar una historia cotidiana en una lección de humanidad.


