Ciudad de México.- El Registro Nacional de Infieles se ha convertido en uno de los fenómenos digitales más comentados en Latinoamérica.
La plataforma, creada originalmente en Perú, surgió como una iniciativa informal entre usuarios que compartían una hoja de cálculo con nombres de personas presuntamente infieles.
Con el paso del tiempo, ese documento evolucionó hasta transformarse en un sitio web que atrae a miles de visitantes curiosos por verificar si el nombre de alguien conocido aparece en sus listas.

Su popularidad creció en un contexto en el que las relaciones afectivas atraviesan cambios profundos.
Diversos estudios indican que la infidelidad suele manifestarse cuando se rompe un acuerdo emocional o sexual dentro de una relación estable.
Factores como la falta de comunicación, la insatisfacción emocional o el deseo de experiencias fuera del vínculo principal influyen en este fenómeno.

Una plataforma que genera curiosidad y debate
El Registro Nacional de Infieles permite a los usuarios consultar o publicar historias de manera anónima.
Desde su portada, el sitio aclara que todo el contenido es ficticio y exclusivamente recreativo, una advertencia que busca evitar conflictos legales.
Sin embargo, en redes sociales algunos usuarios sugieren que ciertos relatos podrían estar basados en experiencias reales, mientras que otros consideran que la aclaración funciona como un mecanismo de protección para los administradores.
Las reglas de uso son claras: solo personas mayores de 18 años pueden acceder; está prohibido publicar datos personales sensibles, información médica o contenido que pueda considerarse acoso; y cada usuario es responsable de sus publicaciones, ya que el sitio no verifica identidades ni solicita documentos.
Además, ofrece un “derecho al olvido” para quienes deseen eliminar información previamente compartida.
La plataforma opera con una interfaz similar a la de redes sociales como X. Las historias se muestran en recuadros con datos básicos como edad y lugar del usuario que relata la experiencia. El contenido puede filtrarse por publicaciones recientes, populares, antiguas o destacadas.
También cuenta con un buscador que permite ingresar el nombre de una persona, cuyos resultados solo arrojan información parcial para mantener cierto nivel de privacidad.

En un apartado adicional, los usuarios pueden escribir una anécdota de hasta 500 caracteres e incluir datos como nombre, edad, género u ocupación, además de imágenes si así lo desean. Todo el proceso se mantiene completamente anónimo.
Aunque el Registro Nacional de Infieles no es oficial ni depende de alguna institución pública, su expansión a países como México refleja el creciente interés por entender las dinámicas emocionales contemporáneas y el impacto de las plataformas digitales en la vida personal.






