La Asociación Mexicana de Engordadores de Ganado Bovino (AMEG) denunció que las acciones implementadas por el Gobierno mexicano tras la declaratoria de emergencia nacional por la plaga del gusano barrenador han generado una “sobrerregulación sin precedentes” que ya afecta de forma crítica la cadena de suministro de carne en el país.
En un comunicado, el organismo reconoció la gravedad de la plaga y reiteró su compromiso con la sanidad animal. No obstante, advirtió que la multiplicación de retenes federales y estatales, así como los nuevos requisitos derivados de la emergencia, han provocado un escenario de sobrecontrol que está paralizando el flujo habitual de ganado.
La AMEG explicó que el ganado movilizado desde los estados del sur hacia los centros de engorda del norte enfrenta incrementos sustanciales en los tiempos de traslado, que pasaron de 20 a 32 horas, además de esperas superiores a 18 horas en puntos de inspección para cumplir con los tiempos posteriores a la aplicación obligatoria de antiparasitarios. A ello se suman retenes estatales adicionales que duplican las inspecciones federales.
Según la asociación, estos retrasos y procedimientos repetidos ocasionan múltiples maniobras de carga y descarga, lo que afecta el bienestar animal y eleva el riesgo de heridas que pueden convertirse en focos de infestación. También exponen al ganado a periodos prolongados sin agua, alimento o sombra, lo que contradice las políticas federales de bienestar animal. Las demoras, añadió, ya han provocado un aumento en la mortalidad durante el transporte.
La AMEG advirtió que, lejos de contener la plaga, estas medidas podrían incluso favorecer su transmisión.
“El gusano barrenador se transmite por moscas y afecta a cualquier animal de sangre caliente, no por el movimiento regulado de ganado sano”, señaló.
El organismo aseguró que la sobrerregulación está generando desabasto regional, cuellos de botella logísticos y pérdida de competitividad, con efectos que ya impactan en los costos operativos y en el precio final de la carne para las familias mexicanas.
El sector enfrenta un “doble desafío”: restricciones internas que frenan la movilización necesaria para el abasto y una suspensión parcial de exportaciones a Estados Unidos, que ha provocado pérdidas millonarias. También expresó preocupación porque el presupuesto federal 2026 en materia de sanidad e inocuidad presenta un recorte, pese a la emergencia declarada.
Entre sus propuestas para enfrentar la situación sin afectar el suministro ni al consumidor, la AMEG planteó acelerar y ampliar el programa de mosca estéril, fortalecer la vigilancia sanitaria con criterios técnicos uniformes, sustituir la sobrerregulación por un protocolo basado en trazabilidad y buenas prácticas, armonizar la normativa federal y estatal para eliminar duplicidades e instalar una mesa permanente de trabajo entre autoridades y productores.
El pasado 3 de diciembre, el Gobierno mexicano anunció la ampliación de las medidas para contener la plaga del gusano barrenador, que afecta principalmente al ganado bovino, pero también a especies domésticas, silvestres e incluso a humanos.
Las importaciones de ganado mexicano son relevantes para Estados Unidos, donde durante décadas han promediado más de un millón de cabezas anuales, equivalentes al 60 % de las importaciones de ganado vivo y alrededor del 3 % de la cabaña nacional.
Con información de EFE.


