Ucrania solicitará 43 mil millones de dólares a Rusia como compensación por las emisiones de gases de efecto invernadero generadas a raíz de la invasión, informó Pavlo Kartashov, viceministro de Economía, Medio Ambiente y Agricultura.
El anuncio se realizó durante un evento paralelo a la COP30 en Belém, donde autoridades ucranianas insistieron en que el clima “también es una de las víctimas de la guerra”.
Según datos oficiales, en tres años de conflicto se liberaron 237 millones de toneladas de carbono a la atmósfera, cifra equivalente a las emisiones anuales combinadas de Austria, Bélgica e Irlanda. Kartashov explicó que estas emisiones provienen del uso masivo de combustible, la quema de bosques, la destrucción de infraestructura y la fabricación de materiales para la guerra.

“Todas estas cosas son esencialmente ‘carbono de conflicto’ y tienen un costo climático considerable”, señaló.
La exigencia se enmarca en la resolución aprobada por la Asamblea General de la ONU en noviembre de 2022, que demanda a Rusia reparar los daños causados por su agresión.
Ucrania amplió esa solicitud para incluir explícitamente los impactos climáticos dentro de la devastación general provocada por la guerra.
“Rusia debe pagar una indemnización completa por todos los daños causados por su agresión ilegal. Por eso afirmamos, durante la COP30, que el daño climático es sin duda parte de esta devastación”, afirmó Kartashov ante autoridades latinoamericanas, europeas y organizaciones civiles.
La cifra reclamada se basa en un informe de la iniciativa Contabilidad de Gases de Efecto Invernadero de la Guerra (IGGAW), financiada por los gobiernos de Alemania y Suecia, así como por la Fundación Europea para el Clima.
El estudio calcula que la invasión rusa ha generado 236.8 millones de toneladas de CO₂ equivalente. Aplicando el “costo social del carbono” —una métrica económica que estima el impacto monetario de cada tonelada emitida—, los analistas llegaron a un monto total de 43 mil 800 millones de dólares.
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El documento atribuye estas emisiones al uso de 18 millones de toneladas de combustible por las fuerzas de ambos bandos, la quema de 1.3 millones de hectáreas de campos y bosques, la destrucción de cientos de instalaciones petroleras y de gas, y la producción de acero y cemento para fortificar líneas del frente que recorren cientos de kilómetros.
Con información de EFE




