El gobierno japonés anunció este miércoles el despliegue de tropas en la prefectura de Akita, al noreste del país, para contener la ola de ataques de osos que ha dejado diez personas muertas y al menos 78 heridas en lo que va del año fiscal, una cifra sin precedentes desde que existen registros.
El comandante de la 9ª División de la Fuerza Terrestre de Autodefensa, Yasunori Matsunaga, confirmó en conferencia de prensa que los ataques han alcanzado niveles críticos:
“Reconocemos que los daños causados por los osos en la prefectura constituyen una situación crítica”.
El despliegue se acordó tras la firma de un convenio de cooperación entre el Ejército y las autoridades locales, que permitirá a los soldados colocar trampas, transportar cazadores y mover a los animales abatidos durante todo el mes de noviembre; las Fuerzas de Autodefensa no participarán directamente en la caza ni ejecución de los osos.
Las labores comenzaron este mismo miércoles en las ciudades de Kazuno y Kakunodate, apenas una semana después de que el gobernador de Akita, Kenta Suzuki, solicitara formalmente apoyo al Ministerio de Defensa ante la gravedad de los ataques.
De acuerdo con la cadena pública NHK, entre abril y septiembre se registraron más de 20 mil 792 avistamientos de osos en todo Japón, casi el triple de los 7 mil casos del mismo periodo de 2023.
El fenómeno afecta a varias prefecturas, pero Akita se mantiene como la más golpeada, donde recientemente un hombre de 38 años murió tras ser atacado en una zona rural.
Expertos apuntan a que el abandono progresivo de las zonas rurales ha dejado grandes extensiones de bosques sin presencia humana, lo que facilita que los osos se acerquen a comunidades en busca de alimento.
En respuesta al incremento de incidentes, el gobierno japonés modificó en septiembre la ley de protección y gestión de la vida silvestre para autorizar disparos preventivos en zonas urbanas, una medida inédita que busca agilizar la actuación de las autoridades ante riesgos inminentes.
Hasta antes de la reforma, la caza de animales en espacios públicos estaba prohibida, y solo la Policía podía autorizarla en situaciones de peligro extremo.
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El Ministerio de Medio Ambiente analiza ahora extender las medidas de control a otras prefecturas del norte del país, ante el temor de que el aumento de ataques continúe durante el invierno, cuando los osos, al encontrar menos alimentos, se vuelven más agresivos y propensos a invadir áreas habitadas.
Con información de EFE



