La mañana del miércoles, la noticia corrió rápido: la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México informó que el empresario y exsubsecretario de Turismo Simón Levy Dabbah había sido detenido en Lisboa, Portugal, en cumplimiento de una alerta migratoria internacional.
El anuncio, confirmado incluso por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo durante su conferencia matutina, parecía cerrar un ciclo de tres años de investigaciones, litigios y controversias que habían perseguido al exfuncionario desde su salida del gobierno federal.
Pero la versión duró poco.

Horas después, el propio Levy apareció en redes sociales, sonriente, hablando a la cámara con su característico tono:
“Mexicanos: estoy perfectamente bien. Me quisieron matar y además inventarme mil cosas más. Estoy bien y bien de salud.”
En entrevista con Luis Cárdenas para MVS Noticias, negó estar detenido y aseguró que había sufrido un atentado horas antes, no una captura.
“Entiendo que la Presidenta de México dijo que estoy detenido en Portugal, eso es completamente falso; al contrario, recibí un atentado hace casi diez horas, estoy vivo…”, declaró.
Durante el día, medios de comunicación difundieron un supuesto comunicado de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) que señalaba que Levy había sido detenido el 28 de octubre, pero que tenía pendiente una comparecencia y la resolución del tema migratorio, previo a definir si se realizaba una extradición a México.
Fue hasta la tarde cuando la Fiscalía de CDMX y el Gabinete de Seguridad federal confirmaron que Levy sí fue aprehendido en Portugal, pero después liberado por el Tribunal de Apelaciones de Lisboa, aunque bajo medidas cautelares que no le permitirían salir del país hasta que resolviera su situación.
Las acusaciones de Simón Levy contra la 4T, Sheinbaum y los “narcopolíticos”
La reciente controversia por la presunta detención de Simón Levy no puede entenderse sin el contexto de sus declaraciones más explosivas de los últimos meses. Desde mediados de 2025, el exsubsecretario de Turismo se ha convertido en un crítico feroz del actual gobierno federal y en un generador constante de polémicas en redes sociales, donde asegura poseer “información confidencial” sobre corrupción, narcotráfico y vínculos políticos al más alto nivel.
En múltiples transmisiones y entrevistas, Levy ha acusado a funcionarios y exfuncionarios de Morena de formar parte de lo que él denomina una “red de narcopolíticos”. Según sus propias palabras, varios de estos nombres estarían incluidos en investigaciones de autoridades estadounidenses, aunque ninguna de sus afirmaciones ha sido verificada de manera independiente. En junio de este año, incluso publicó una lista de más de 40 personas que, afirmó, estaban relacionadas con el robo y la venta ilegal de combustible (“huachicol”). La Embajada de Estados Unidos en México desmintió públicamente esa versión.

Levy también ha asegurado que en Estados Unidos existen investigaciones penales abiertas contra exintegrantes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, e insinuó que el propio expresidente podría estar incluido en ellas, lo que provocó fuertes reacciones entre simpatizantes y detractores de la Cuarta Transformación.
La tensión escaló aún más cuando, en julio, la entonces recién electa presidenta Claudia Sheinbaum Pardo respondió a sus dichos calificándolos de “absolutamente falsos” y pidió “no hacerle caso”. Días después, Levy replicó acusándola de encubrir a personajes vinculados con el crimen organizado y de ser parte de una estructura política “corrompida desde adentro”.
Un empresario entre los tribunales y la polémica
Los procesos judiciales contra Simón Levy no son nuevos. La FGJ-CDMX sostiene que enfrenta dos órdenes de aprehensión: una por delitos ambientales y construcción irregular, y otra por daño en propiedad ajena doloso y amenazas.
El origen de este último caso se remonta a uno de los episodios más virales de 2021: el video en el que se le ve golpeando con furia la puerta del departamento de su vecina, una mujer de 65 años llamada Emma Yolanda Santos, en un edificio de Campos Elíseos, Polanco.
El video, de apenas un minuto y medio, lo mostró fuera de sí, lanzando amenazas y patadas, mientras Santos pedía ayuda desde el interior. La escena provocó una ola de indignación en redes sociales, donde Levy fue señalado por violencia contra una adulta mayor.
Días después, y tras negar la agresión, terminó ofreciendo una disculpa pública en sus redes sociales. Pero el caso siguió su curso: Santos y su abogado, Eduardo Fuentes, lo acusaron de acoso y daño a la propiedad, dentro de un pleito más amplio por un litigio inmobiliario que enfrentaban desde años antes.
En 2023, la justicia ordenó el desalojo de dos departamentos ligados a Levy como parte del conflicto. Desde entonces, el exsubsecretario dejó de presentarse ante los tribunales, y la Fiscalía confirmó que se encontraba fuera del país, considerado prófugo de la justicia.
De subsecretario de Turismo a crítico del gobierno
Antes de sus problemas judiciales, Simón Levy era uno de los perfiles jóvenes más visibles de la Cuarta Transformación. En 2018 fue nombrado subsecretario de Planeación y Política Turística por Andrés Manuel López Obrador, bajo la dirección del entonces secretario Miguel Torruco Marqués.
Sin embargo, las diferencias entre ambos surgieron pronto. Levy impulsaba una agenda de apertura del sector turístico y defendía el libre acceso a las playas mexicanas, una propuesta que —según él— encontró resistencia en su jefe directo.
“Es una de las iniciativas por las que yo renuncié, porque Torruco no me estaba permitiendo hacer mi trabajo”, dijo en 2020 a la revista Quién.
A partir de entonces, Levy pasó de ser funcionario a crítico del gobierno. Desde sus redes, donde suele publicar mensajes directos y polémicos, ha mantenido una voz disidente, denunciando “corrupción y traiciones” dentro del proyecto que ayudó a construir.
El origen de su carrera y las sombras que lo persiguen
Antes de integrarse al gabinete federal, Simón Levy había hecho carrera en la administración de la Ciudad de México, bajo el gobierno de Miguel Ángel Mancera, donde participó en proyectos de desarrollo urbano y atracción de inversión privada. Paralelamente, fundó empresas dedicadas al turismo, la innovación y la consultoría.
Su perfil de tecnócrata con discurso progresista lo llevó a convertirse en una figura cercana al nuevo gobierno de Morena en 2018. Pero con el tiempo, su estilo combativo, sus choques con otros funcionarios y sus constantes controversias mediáticas fueron erosionando su imagen pública.



