Hermosillo, Sonora.- El mezquite es un símbolo del paisaje desértico debido a la sombra que ofrece y a su adaptabilidad a cualquier tipo de suelo, sin embargo el crecimiento de uno de estos ejemplares en medio del canal del Río Sonora, a la altura de la calle Reforma, no es correcto.

La presencia de árboles dentro del canal, informó Gerardo Carreón Arroyo, Director de Conservación de Naturalia AC., implica una falta de mantenimiento por parte de autoridades responsables.
El especialista indicó que el canal está diseñado para que no pase agua al subsuelo, y el surgimiento de plantas con raíces implica una deficiencia en ese sentido.
“Si pensamos que esto es natural en las condiciones actuales de embovedamiento del canal, pues no es natural porque es una obra de infraestructura hidráulica que no está hecha para que crezcan arbustos o árboles o plantas sobre el mismo porque va a afectarlo”.
“Yo creo que ahí es una falta de atención de las autoridades encargadas de la administración y gestión del agua porque a fin de cuentas va a afectar la infraestructura”, expuso.
De acuerdo con Carreón Arroyo, la infiltración prolongada de agua por la vegetación que crece y levanta el concreto del embovedado del vado puede, a la larga, generar socavones a los lados laterales del mismo.
Previamente un incidente, en el vado del río, justo a unos metros del cruce con el bulevar Las Quintas, la acumulación de aguas residuales propició el surgimiento de una exuberante vegetación que sorprendió a vecinos.

El accidente ocurrió el pasado 26 de abril, cuando una tubería sanitaria colapsó entre las calles Reforma y Solidaridad, generando el cierre del tránsito vehicular y la redirección de las aguas negras hacia el canal que corre por el Vado del Río.
Desde entonces, en una pequeña sección del cauce, las condiciones húmedas y estables dieron lugar al crecimiento de plantas arbustivas de intenso color verde.
Este nuevo espacio natural no solo fue colonizado por flora, sino también por fauna: aves poco comunes en la biodiversidad urbana de Hermosillo tales como patos comenzaron a frecuentar el sitio, posándose entre los matorrales y usando la vegetación como refugio temporal.
El fenómeno, aunque insalubre en origen, generó un microecosistema inesperado dentro del entorno urbano, el cual se produjo exclusivamente en esta parte del canal.
En mayo, Agua de Hermosillo comenzó los trabajos para desfogar los residuos hacia el canal del Vado del Río, utilizando químicos para reducir los fuertes olores.

Sin embargo, los esfuerzos por mitigar las molestias no fueron suficientes para evitar que el hedor alcanzara a colonias como Villa Bonita, cuyos vecinos expresaron su inconformidad públicamente.
El deterioro de la infraestructura sanitaria fue la causa principal de la emergencia, informó Agua de Hermosillo.
La paramunicipal señaló que se trataba de una tubería de asbesto con más de 35 años de antigüedad y 120 metros de longitud, que finalmente fue reemplazada por una línea de polipropileno de triple pared, excavada a siete metros de profundidad.
Fue hasta el 28 de julio, casi tres meses después de la aparición de la fuga, cuando el Ayuntamiento anunció la reparación del tramo vial afectado.
Esta intervención forma parte de un proyecto mayor, pues la línea completa mide 9 kilómetros y, hasta ahora, solo se han rehabilitado tres, pues las zonas colapsadas no se limitan al tramo de Reforma a Solidaridad.
También se detectaron fallas desde el Paseo de las Quintas hasta el bulevar Quintero Arce, por lo que se mantienen trabajos en curso, incluyendo la próxima pavimentación del cuerpo norte del Paseo Río Sonora.
El agua vertida, con alta carga biológica, pudo afectar a especies animales características del Vado del Río, tales como las tortugas, mismas que iniciaron su peregrinación en búsqueda de agua en abril pasado.

Gerardo Carreón Arroyo mencionó que hay un impacto ambiental no medible en la fauna general que se da cita en estos cuerpos de agua alimentados por excrementos humanos, sin embargo no hay estudios aún que determinen dicha afectación.
“Es materia orgánica, no es lo normal que se viera en cuerpos de agua que se forman por escurrimiento de lluvia, y pues como todos sabemos, los seres humanos en las excretas podemos también vestir parásitos, E. coli, que son bacterias que pueden enfermar a la fauna nativa y estamos hablando no solamente de las tortugas, también de los anfibios que hay en estas zonas”.
“No se han hecho esos estudios, pero estoy seguro que si se tomarán muestras de estas aguas negras podemos encontrar muchos parásitos o bacterias que pueden afectar a esta fauna nativa”, ahondó.
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Aunque insalubre, la capacidad de la naturaleza para aprovechar las condiciones adversas quedó plasmada en estos estanques inesperados que crecen a lo largo del Vado del Río, sin embargo, con el restablecimiento del flujo sanitario y la limpieza del canal, se espera que la vegetación, en algún momento, desaparecerá para que la infraestructura cumpla su parte.
