Hermosillo, Sonora.- Para el padre Martín Hernández Moreno, párroco de la Catedral de Hermosillo, dar paz espiritual a las personas no solo consiste en divulgar la palabra de Dios, sino también en tomar una pala y encontrar cuerpos enterrados clandestinamente.
Por ello, ha colaborado en las expediciones de Madres Buscadoras de Sonora, encabezadas por Cecy Flores, las cuales han demostrado ser todo un aprendizaje sobre la fe.
“Ha sido una experiencia nueva de vida, pero también donde he podido comprobar primero la fortaleza que tienen, el dolor que las mueve, el deseo de encontrar obviamente a sus hijos o a sus familiares pero cuando encuentran a algún otra persona, es un gozo en el sentido de que ya van a poder darle a paz a una familia”, indicó.
El padre ha colaborado alrededor de cinco veces con Madres Buscadoras, y estas jornadas de búsqueda, relató, demandan resistencia física por las condiciones climáticas extremas de la entidad, sobre todo considerado los recursos limitados con los que operan estas agrupaciones.
“Son jornadas largas de mucho calor, sobre todo en este tiempo, a veces sin comer, así que es darle, es buscar, cada pedacito (de terreno) y cada palada es una esperanza de encontrar algo”, expuso.
Como una forma de honrar la labor de grupos civiles de búsqueda, la Arquidiócesis de Hermosillo colocó el ‘Buzón de Paz’ dentro de la Catedral capitalina.
En este buzón, comentó Hernández Moreno, se reciben palabras de aliento para las Madres Buscadoras, pero también datos que permitan la localización de más cuerpos.
“Esta iniciativa va empezando, de hecho ellas (Madres Buscadoras de Sonora) tienen la llave y vienen y revisan si hay mensajes, si hay alguna denuncia, y ya de ahí ellas se organizan”, añadió.
Para el padre, acompañar a los colectivos de búsqueda no es solo un acto de solidaridad, sino un compromiso con la justicia y la compasión que su fe le exige, pues recuerda que, incluso en medio del desierto, la dignidad humana no debe ser enterrada ni olvidada.