El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles 9 de julio una nueva ronda de aranceles dirigidos a varios socios comerciales, como parte de su política de presión económica.
Las tarifas entrarán en vigor en agosto y se suman a una serie de medidas que han generado incertidumbre en los mercados globales.
Según lo informado por la Casa Blanca, Trump impondrá un arancel del 50% a las importaciones procedentes de Brasil, mientras que Argelia, Libia, Irak y Sri Lanka enfrentarán un 30%. Por su parte, Brunéi y Moldavia serán gravados con un 25% y Filipinas con un 20%.
Los nuevos gravámenes reflejan en gran medida los planes iniciales anunciados en abril, aunque algunos países vieron ajustes. Por ejemplo, anteriormente se contemplaba un 39% para Irak y un 44% para Sri Lanka.
Al ser cuestionado sobre los criterios para definir las tasas arancelarias, Trump explicó que estas se basan en “el sentido común, los déficits, la historia pasada y números brutos”.
Subrayó que se trata de decisiones “muy sustanciales” y fundamentadas en antecedentes comerciales con cada país.
Desde el lunes, la administración estadounidense comenzó a notificar formalmente a los gobiernos afectados, antes de la fecha límite que dio para cerrar negociaciones.
Trump aseguró en redes sociales que emitiría al menos siete cartas el miércoles por la mañana, con más anuncios programados para la tarde.
De los países señalados, solo Filipinas figura entre los 50 principales socios comerciales de Estados Unidos, con exportaciones hacia el país por 14 mil 100 millones de dólares el año pasado, principalmente en productos electrónicos, autopartes y textiles.
Las importaciones combinadas de los otros seis países apenas superaron los 15 mil millones de dólares, de los cuales aproximadamente la mitad provino de Irak, debido a sus exportaciones de petróleo.
Pese a la ofensiva arancelaria, los mercados no mostraron reacciones significativas, en parte debido a la prórroga otorgada por Trump a sus socios para continuar las negociaciones hasta el 1 de agosto.
No obstante, la volatilidad ha sido constante desde que el mandatario presentó su agenda arancelaria en abril.
El presidente reafirmó su postura el martes, prometiendo que “todo el dinero deberá pagarse a partir del 1 de agosto de 2025. No se concederán prórrogas”.
Trump también elevó la presión sobre la Unión Europea, advirtiendo que podría imponerle un arancel unilateral, a pesar del progreso en las conversaciones.
Además, anunció un impuesto adicional del 10% a India por su participación en el bloque BRICS, el cual, afirmó, representa una amenaza para el estatus del dólar estadounidense como moneda de referencia global.
En cuanto a medidas sectoriales, propuso un arancel del 50% sobre productos de cobre, provocando un aumento histórico del 17% en el precio del metal en la Bolsa de Nueva York este martes.
También amenazó con imponer tarifas de hasta el 200% a productos farmacéuticos si las empresas no trasladan su producción a Estados Unidos el próximo año.
La nueva ola de cartas y amenazas arancelarias marca un nuevo capítulo en la agresiva estrategia comercial de Trump, caracterizada por la incertidumbre y el endurecimiento de las relaciones económicas internacionales.
Desde su anuncio inicial de “aranceles recíprocos” el pasado 2 de abril, el presidente ha mantenido un enfoque inflexible, pese a las reacciones negativas en Wall Street y entre líderes empresariales.
Durante el período de negociación de 90 días, Trump logró acuerdos parciales con países como el Reino Unido y Vietnam, aunque expertos señalan que los convenios carecen de claridad y profundidad.
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Una reciente tregua con China permitió reducir aranceles y facilitar el comercio de minerales esenciales, aunque la tensión comercial global se mantiene elevada.
Con la fecha límite del 1 de agosto en el horizonte, los gobiernos afectados y los mercados se preparan para el posible impacto económico de una de las políticas comerciales más agresivas de la historia reciente de Estados Unidos.